lunes, 22 de diciembre de 2014

Unas Navidades de cine

Llevamos unas cuantas semanas inmersos en la fiebre de luces callejeras y spots publicitarios que suelen caracterizar el mes de diciembre; pero es ahora, poco antes del día de Nochebuena, cuando las fiestas navideñas se muestran en todo su esplendor: los villancicos se adueñan de los altavoces, los centros comerciales refuerzan su artillería, los canales de televisión organizan sus programas enlatados, y las pantallas -la grande y la pequeña- se llenan de películas con temática o ambientación navideñas, dirigidas a todos los públicos o al sector infantil. Son, en cualquier caso, jornadas ideales para disfrutar del cine en solitario, en pareja o en familia -y sobre todo al calor de un brasero.
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Quizás nos decantemos por aquellas películas que más nos gusten o apetezcan, pero si nos decidimos a visionar, más concretamente, cintas relacionadas -de alguna u otra forma- con la Navidad, tenemos muchas opciones. Podemos optar, claro está, por los grandes clásicos de Hollywood: Qué bello es vivir (1946), el mítico film protagonizado por James Stewart; De ilusión también se vive (1947), sobre un anciano enfrentado a juicio por afirmar que es el mismísimo Santa Claus; Cuento de Navidad (1951), una de las innumerables versiones cinematográficas de la novela de Charles Dickens; etc.
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 Gremlins (1984)

También podemos elegir -dependiendo de nuestras filias y fobias particulares- entre los clásicos navideños más recientes o de las últimas décadas: Gremlins (1984), ideal para introducir a las nuevas generaciones en el cine fantástico y de terror; Solo en casa (1990), la película más taquillera del añorado John Hughes; Pesadilla antes de Navidad (1993), digirida por Henry Selick y no por Tim Burton -nunca está de más recordarlo-; Un padre en apuros (1996), o la enésima incursión de Schwarzenegger en el género de la comedia; Love Actually (2003), con un reparto absolutamente espectacular...
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Aunque siempre podemos optar por propuestas algo más arriesgadas e inusuales, pero igual de convenientes para esta época del año: Black Christmas (1974), uno de los mejores slasher de todos los tiempos; Historias de Navidad (1983), una auténtica comedia de culto entre el público estadounidenses y dirigida, como la anterior, por el polifacético Bob Clark; Tokyo Godfathers (2003), una sorprendente cinta de animación codirigida por el tristemente fallecido Satoshi Kon; o casi cualquier película de acción escrita por Shane Black, proclive a contextualizar sus guiones cinematográficos en fechas navideñas, como demuestran Arma letal (1987), Memoria letal (1996), Kiss Kiss Bang Bang (2005) e Iron Man 3 (2013). En cualquier caso, Felices y cinéfilas Fiestas...

Kiss Kiss Bang Bang (2005)

Publicado en La Voz de Almería (19-12-2014)

viernes, 5 de diciembre de 2014

En una galaxia muy, muy lejana














"He sentido una gran perturbación en la Fuerza"... Desde que estas palabras fueron pronunciadas por Obi Wan Kenobi en La guerra de las galaxias (1977) -después de que Darth Vader ordenara destruir el planeta Alderaan-, la frase pasó a formar parte de la cultura popular y, aunque no es ni de lejos tan famosa como la archiconocida "Que la Fuerza te acompañe", ha sido repetida también hasta la saciedad durante las últimas décadas, tanto por los fans más acérrimos del universo creado por George Lucas, como por multitud de aficionados al séptimo arte. De hecho, en los últimos años la frase ha vuelto a ponerse de moda, debido a las novedades relacionadas con la saga galáctica. 

Primero fue la compra de LucasFilm -propietaria de franquicias como 'La guerra de las galaxias' o 'Indiana Jones'- por parte de The Walt Disney Company: cuando parecía que la nueva trilogía conformada por La amenaza fantasma (1999), El ataque de los clones (2002) y La venganza de los Sith (2005) había dado por cerrado el legado cinematográfico de 'Star Wars' -el título original de la primera entrega de la saga-, la todopoderosa Disney daba el campanazo anunciando una nueva seride de películas y spin-offs en los que se seguiría explorando -y rentabilizando- el universo creado por George Lucas a mediados de los años 70: el ansiado 'Episodio VII' era una realidad. 


La guerra de las galaxias (1977)

La siguiente gran 'perturbación' llegó con el fichaje de J.J. Abrams: a él se confiaba la tarea de insuflar nuevos aires a una saga cuyos últimos capítulos -los Episodios I, II y III- habían decepcionado a gran parte de los aficionados. La elección no cogió a nadie por sorpresa, pero no por ello resultaba menos polémica: Abrams ha sido etiquetado hasta la saciedad -otro debate es si merecidamente- como sucesor de Spielberg y, en general, del cine blockbuster de los años 80; pero no son pocos quienes le consideran más un genio del marketing que un verdadero cineasta, y sus flms de 'Star Trek' han revitalizado la franquicia, pero no van mucho más allá del puro -y muy meritorio- espectáculo.

Ya en los últimos meses, las noticias sobre el nuevo capítulo de 'La guerra de las galaxias' han sido constantes: conocimos su título definitivo -"El despertar de la Fuerza"- y su lejana fecha de estreno -25 de diciembre de 2015-; muchos nos alegramos con la incorporación de viejas caras conocidas; supimos de la lesión sufrida por Harrison Ford durante el rodaje; y justo hace una semana llegaba el primer avance promocional, que ha conseguido revolucionar las redes sociales como solo los grandes productos culturales son capaces de hacerlo. Y lo mejor es que esto no ha hecho más que empezar...

Star Wars. El despertar de la Fuerza (2015)

Publicado en La Voz de Almería, 5-12-2014.

viernes, 21 de noviembre de 2014

Dos hombres y un castillo

A lo largo de las últimas semanas, y tras el 'huracán' que supuso Exodus: Dioses y reyes (2014), otra superproducción cinematográfica internacional trasladó su equipo de rodaje a la provincia de Almería: en esta ocasión se trataba de Clavius (2015), una cinta de época y de inspiración bíblica -como el film de Ridley Scott- que, tras filmar parte de su metraje en Malta, escogió paisajes y monumentos almerienses como la Playa de los Genoveses o la mismísima Alcazaba, para ambientar -según puede leerse en la sinopsis oficial- las aventuras de un centurión romano al que le es encargada, por Poncio Pilatos, la misión de investigar la posible resurrección de Jesucristo tras ser cruficicado. 

Al frente del reparto destaca Joseph Fienns, un actor que no es ajeno a interpretar personajes del pasado, como bien demuestra su participación en producciones como Elizabeth (1998), Lutero (2003), El mercader de Venecia (2004) o Hércules (2014). De hecho, Fiennes se dio a conocer al gran público dando vida al dramaturgo inglés más famoso de todos los tiempos en la oscarizada Shakespeare enamorado (1998); aquel fue el papel más popular de un actor que, en los últimos tiempos, ha probado suerte en televisión con desigual fortuna: ejemplos de ello son la decepcionante Flashforward (2009-10) o la terrorífica segunda temporada de American Horror Story (2012-13). 

 Kevin Reynolds en la Plaza de la Catedral (Almería). 
[Fotografía: http://www.lavozdealmeria.es/vernoticia.asp?IdNoticia=68933&IdSeccion=5]

Por su parte, detrás de las cámaras de Clavius (2015) encontramos a Kevin Reynolds, un director cuyo último proyecto tiene casi diez años de antigüedad, y que desde finales de los noventa había estrenado solo una película por lustro: 187 (1997), La venganza del conde de Montecristo (2002) y Tristán + Isolda (2006). Sin embargo, su nombre es imprescindible a la hora de abordar el cine de las últimas décadas: suyas son Robin Hood, príncipe de los ladrones (1991), una de las cimas del cine popular noventero; o Waterworld (1995), una cinta fallida -más a nivel artístico que económico- pero cuya desmedida ambición presagió muchas de las características del Hollywood moderno.

Es evidente que, a día de hoy, ni Joseph Fiennes ni Kevin Reynolds -cuyo nombre ha sido confundido últimamente con el del actor canadiense 'Ryan' Reynolds- pasan por el momento más álgido de sus respectivas carreras cinematográficas, siendo uno de los actores secundarios del film quien se llevó la mayoría de tweets y flashes fotográficos -nos referimos al 'harrypotteriano' Tom Felton-; en cualquier caso, su mera presencia en nuestra provincia debió ser motivo suficiente para hacer esbozar la sonrisa cómplice de cualquier cinéfilo almeriense. Ojalá la Alcazaba les haya traído suerte a ambos. 

 Robin Hood, príncipe de los ladrones (1991), drigida por Kevin Reynolds

Publicado en La Voz de Almería (21-11-2014, p. 38)

viernes, 7 de noviembre de 2014

Sitges, el 'Festival de Festivales'

Aproximadamente trescientas películas proyectadas a lo largo de diez días, 60.000 entradas vendidas, 130.000 espectadores llenando las salas, acercándose a su cincuenta cumpleaños... Ya solo teniendo en cuenta estos datos, podemos afirmar que la última y 46ª edición del Festival Internacional de Cine de Cataluña -más conocido popularmente como el 'Festival de Sitges'-, celebrada del 3 al 12 de octubre, ha sido todo un éxito; y más en los tiempos de zozobra artística y económica que estamos viviendo actualmente en nuestro país. En Almería sabemos bien de las bondades que un Festival de Cine puede acarrear a una ciudad o provincia -ahí están Almería en Corto o el AWFF para demostrarlo-, y es algo que en Sitges llevan experimentando desde 1968.

Asociado generalmente al cine de terror o a las películas más extremas -anécdotas como las ambulancias habilitadas durante el estreno de Martyrs (2008) o polémicas como la imputación judicial que siguió a la proyección de A Serbian Film (2010) no han hecho más que acrecentar dicha apreciación-, el Festival de Sitges es en realidad un certamen abierto a todo tipo de cinematografías y géneros, con secciones dedicadas al thriller contemporáneo, al cine experimental e incluso al público infantil; ello no evita que el hilo conductor de todo el Festival siga siendo el género fantástico en toda su amplitud y que el cine de terror tenga una alta -y agradecida- presencia dentro de su programación.


Jean Dujardin en La French  (Cédric Jimenez, 2014)


Siguiendo una tradición instaurada desde hace algún tiempo, este año mi mujer y yo volvimos a desplazarnos hasta Sitges para disfrutar del que muchos llaman 'el mejor festival de cine fantástico del mundo' o, en menos palabras, el 'Festival de Festivales'. En esta ocasión pudimos disfrutar de Firestorm (2013) -una desmesurada y ridícula, pero aún así efectiva, cinta de acción hongkonesa protagonizada por el incombustible Andy Lay-, de La French (2014) -un vibrante thriller francés de ambientación setentera y encabezado por Jean Dujardin, el oscarizado protagonista de The Artist (2011)- y del díptico Runori Kenshin: Kyoto Inferno (2014) y Rurouni Kenshin: The Legend Ends (2014) -una extenuante maratón de casi cinco horas en la que se pudieron ver las dos últimas películas de la saga 'Kenshin', ineludible para los fans del manganime original. 

Pero las proyecciones no son el único aliciente del Festival, que también proporciona la posibilidad de asistir a exposiciones y conferencias; de adquirir películas, libros y todo tipo de productos relacionados con el séptimo arte; y, sobre todo, de compartir calles, mesas y butacas con otros apasionados del cine más 'fantástico' -en todos los sentidos.


 Fragmento del póster de Rurouni Kenshin: The Legend Ends (Keishi Ohtomo, 2014

Publicado en  La Voz de Almería (7-11-2014, p. 31)

viernes, 24 de octubre de 2014

Cuando el Doctor visitó Almería

A principios de julio se confirmaba que Juego de tronos rodaría parte de su quinta temporada en varias localizaciones sevillanas, dando al traste con la esperanza de que los responsables de la popular serie de televisión escogieran Almería para ambientar sus nuevas aventuras e intrigas palaciegas. De todos modos, parecía demasiada suerte para una provincia que, en los últimos tiempos, parece estar viviendo una merecida segunda juventud cinematográfica, tras el rodaje del nuevo film de Ridley Scott -Exodus (2014)- o el éxito de Vivir es fácil con los ojos cerrados (2013) en los últimos Premios Goya. 

Nos hemos quedado, pues, sin Juego de tronos y la potencial carga publicitaria/turística que el rodaje de la producción de HBO habría supuesto para la provincia. Pero ello no debe hacernos olvidar que, recientemente, otra exitosa producción televisiva se benefició de los paisajes almerienses para rodar uno de sus capítulos. Nos referimos a la serie británica Doctor Who, cuyo equipo de producción se trasladó, en marzo de 2012, hasta los estudios Mini Hollywood y Fort Bravo para filmar 'A town called Mercy', el tercer episodio de su séptima temporada; aunque esto último no es del todo cierto...

Con Matt Smith (Doctor Who, 2010-2013) durante su visita a Almería en 2012

Ganadora del Récord Guinness a la serie de ciencia-ficción más longeva de todos los tiempos, Doctor Who tiene en realidad treinta y tres temporadas: veintiséis de ellas fueron emitidas de 1963 a 1989, y tras un prolongado hiato la serie volvió en 2005 con una segunda etapa que alcanza ya las siete temporadas -la octava se estrenaba este 23 de agosto-. Pero la producción de la BBC no ha sido galardonada sólo por su permanencia en antena: es considerada también la serie de ciencia-ficción más exitosa de la historia televisiva, sus adaptaciones literarias -casi doscientos títulos- conforman el mayor catálogo de novelas sobre un mismo personaje y el episodio que conmemoraba su 50 aniversario fue emitido en noventa y cuatro países de seis continentes -otro récord. 

Al margen de fríos números y estadísticas, Doctor Who es ante todo una irresistible mezcla de ciencia-ficción, aventuras, terror y humor británico, protagonizada por El Doctor, un 'Señor del Tiempo' que se dedica a viajar a través del espacio-tiempo para solucionar todo tipo de situaciones; una ficción televisiva de calidad destinada a todos los públicos que es toda una institución en Inglaterra y que, desde hace algunos años, ha empezado a conquistar también al público estadounidense; y, en nuestro caso particular, un producto de fama internacional que, con las gestiones y actividades oportunas, podría otorgar aún más relumbre a esta Tierra de Cine -y ahora también de Televisión.

Peter Capaldi interpreta al protagonista de Doctor Who desde el pasado agosto. 

Publicado en La Voz de Almería (24-10-2014, p. 31)

domingo, 31 de agosto de 2014

La gramola del cine de terror


No hay nada como estar viendo una película de terror y, de repente, escuchar una pegadiza canción que, durante unos breves momentos, permite al espectador -y también a los protagonistas- olvidarse de la angustiosa trama; uno de esos temas musicales que se quedan grabados en la cabeza y cuyo nombre corremos a buscar nada más aparecer los créditos finales. Otras veces sucede al contrario y la canción no hace las funciones de 'kit-kat', sino que actúa como elemento catalizador de los vericuetos dramáticos o sentimentales que rodean a los personajes. En cualquier caso, hoy repasamos cinco momentos musicales pertenecientes a cinco largometrajes relacionados, de una u otra forma, con dicho género cinematográfico.


Prom Night. Llamadas de terror (1980)

Coprotagonizado por un Leslie Nielsen pre-'Agárralo como puedas', Prom Night. Llamadas de terror (1980) es uno de los varios slashers que Jammie Lee Curtis estrenó durante las décadas de los 70 y 80. Además de contar con una desoladora pero bellísima canción durante sus créditos finales, el film también nos obsequia con varios temas de música disco, entre ellos esta pieza instrumental absolutamente adictiva: 



Waxwork: Museo de cera (1988)

Aunque uno de los aspectos más destacables de Waxwork: Museo de cera (1988) es su estupenda banda sonora orquestal, compuesta por Roger Bellon y por fin a la venta desde 2011, no nos podemos olvidar de la canción que inaugura sus créditos finales: una perfecta e irónica guinda para el desarrollo de la película. 



Carrie (1976)

Todo es perfecto en esta película de Brian de Palma, incluso la emotiva canción que escuchamos justo antes de que el baile de instituto al que asiste la protagonista se convierta en un auténtico y merecido apocalipsis. 



Inocentada sangrienta (1986)

No hay mejor forma para terminar uno de los slashers más lúdicos de la historia del cine, que con esta estupenda canción, que en realidad versiona un tema compuesto por el mismísimo Randy Newman...



Reunión de clase (1982)

Repudiada por su propio guionista -John Hughes en uno de sus primeros trabajos cinematográficos- y repleta de chistes insustanciales, esta parodia del slasher setentero y ochentero cuenta al menos con varias apariciones musicales de Chuck Berry, además de con esta canción a cargo de Gary US Bonds: 



domingo, 24 de agosto de 2014

John Carpenter: ¿THE END?

En la primera entrada de este blog, dedicada a John Carpenter, nombraba como una de las características más definitorios de su cine esos desenlaces ambiguos, chocantes o directamente abiertos, tan frecuentes a lo largo de su filmografía. Esos finales que te dejan pensando en el futuro incierto de los protagonistas; esos finales que te reconcilian con la historia, si llegados a ese punto no has terminado de entrar en ella; esos finales que un día vuelves a recordar y te hacen decirte a ti mismo: "tengo que ver de nuevo esa película"... 

Evidentemente, a partir de aquí todo son SPOILERS


Halloween (1978)

La cámara observa el jardín y el espectador comprueba que no hay rastro de 
Michael Myers, que en principio debería de yacer allí, muerto para siempre... 


La niebla (1980)

Cuando todo parece volver a la calma en Antonio Bay, los piratas hacen 
una última aparición para dar su 'merecido' al Padre Malone... 


1997: Rescate en Nueva York (1981)

Snake realiza un 'cambiazo' de última hora al Presidente de los EEUU, quedándose 
con el mcguffin de la película; y lo celebra fumándose su anhelado cigarrillo... 


La cosa (1982)

La película termina con los dos supervivientes esperando su muerte por congelación, en medio de la Antártida, mientras el espectador no sabe a ciencia cierta si el extraterrestre ha muerto, sigue vivo 
o ha tomado la forma del personaje de Childs... 


Christine (1983)

La pesadilla ha terminado y 'Christine' ha sido destrozada en un desguace, pero un 
pequeño detalle hace pensar que el maligno coche aún tiene ganas de marcha...


Golpe en la pequeña China (1986)

Jack Burton vuelve a conducir su camión, pero no es consciente de que un ¿último? 
y sobrenatural enemigo permanece agarrado al vehículo... 


El príncipe de las tinieblas (1987)

El protagonista sueña con uno de los personajes femeninos, se despierta, se acerca al espejo y...


Están vivos (1988)

El sacrificio de los protagonistas no ha sido en vano: ahora todo el mundo puede ver la realidad sin necesidad de las 'gafas negras'. Incluso la mujer de la última escena, en pleno acto sexual...


En la boca del miedo (1994)

Realidad VS ficción, ficción dentro de la ficción... El personaje se Sam Neill se encuentra, al final de la cinta, en un cine viendo la película que acaba de protagonizar, En la boca del miedo (1994)...




El pueblo de los malditos (1995)

Uno de los matrimonios huye en coche tras el 'explosivo' final, llevando consigo a su hijo, el único de los 'niños malditos' que ha sobrevivido; su mirada se funde con el negro de los créditos...


2013: rescate en L.A. (1996)

Snake decide no entregar el artilugio sobre el que gira el argumento ni a un bando -EEUU- ni a otro -las potencias del Tercer Mundo-; en vez de eso, lo pone en marcha y deja todo el planeta sin aparatos eléctricos: "Welcome to the human race".  


Vampiros (1998)

El protagonista otorga dos días de margen a su mejor amigo y a su amada -ambos convertidos en vampiros- antes de comenzar su 'busqueda y captura'. Después, los dos se alejan en un jeep, mientras 
el personaje de James Woods se dispone a terminar con una manada de vampiros... 


Fantasmas de Marte (2001)

 Tiempo después de 'separarse' en un complicado viaje de regreso en tren, Williams (Ice Cube) entra en la habitación donde Melanie (N. Henstridge) permanece recluida, le entrega un arma, y suelta un rotundo: "Time to stay alive". Así se termina una película...


Encerrada (2010)

La protagonista parece haber recuperado la cordura, pero abre el espejo del baño y...

domingo, 17 de agosto de 2014

"No tiene dobles. No hace trampas. Es Jackie Chan"


Cuando era pequeño y, mientras hacía zapping una tarde de fin de semana, vi varias escenas de una película de artes marciales en un canal de televisión local: el protagonista se metía en mil enredos y subía por las paredes de un callejón ayudado sólo por sus brazos y piernas; por entonces, no sabía que aquel era Jackie Chan, ni que aquella película era El chino (1982), uno de los títulos más importantes de su filmografía. Años más tarde, coincidiendo con el estreno de Duro de matar (1995), conocí por fin su nombre en un programa de radio y descubrí que era una estrella de cine famosa, sobre todo, por no utilizar dobles en ninguna de sus escenas de acción -una afirmación algo tajante y que él mismo se ha encargado de desmentir en varias ocasiones-. Me fui haciendo mayor y conocí a más gente que, como yo, disfrutaba enormemente viendo a aquel actor ejecutando coreografías imposibles y arriesgando su integridad física con tal de entretener al espectador, ya fuera saltando entre dos pisos o tirándose por un poste metálico lleno de bombillas. 


Con el tiempo, me di cuenta de que -al menos en mi caso particular- el cine de Jackie Chan es, en cierto modo, como la literatura de Julio Cortázar: una vez que has leído al escritor argentino, cuesta disfrutar de cualquier otro libro; y con el actor hongkonés ocurre algo parecido: una vez que has visto sus películas, cuesta disfrutar del resto de cintas de acción. Es cierto que, en los últimos tiempos, títulos como Ong Bak (2003), Chocolate (2008) o Redada asesina (2011) han subido muchísimo el listón en lo que a espectacularidad y autenticidad se refiere, pero tienen complicado competir en fascinación, carisma y disfrute con muchas de las escenas protagonizadas por Jackie Chan a lo largo de sus más de cinco décadas de carrera cinematográfica. Cinco décadas repletas de éxitos y fracasos, de obras maestras y películas olvidables, de proyectos personales y productos 'made in Hollywood': todos ellos son objeto de estudio en un libro de próxima aparición, y sobre el que estaréis permanentemente informados en este blog. 


[Arriba, fotogramas de Leyenda del luchador borracho (1994), su última gran película de artes marciales, y de Superpolicía en apuros (1988), segunda entrega de la saga 'Police Story'; y encima de estas líneas, el tráiler de Duro de matar (1995), el film que otorgó a Chan su primer éxito en la taquilla estadounidense]

domingo, 10 de agosto de 2014

Viernes 13 IV: Último Capítulo (1984)


Recuerdo que una noche, cuando era pequeño, vi por televisión la escena final de una película de terror; no sé qué edad tendría, pero sí que fue mucho antes de convertirme en un fanático del género. Recuerdo también que una imagen en concreto se quedó grabada en mi memoria: un niño de cara pálida y sin rastro de cuero cabelludo miraba fijamente a la pantalla -al espectador-, con una expresión terrorífica en sus ojos... No sé cómo -quizás fue el querido teletexto-, pero conseguí averiguar que aquella película era la tercera o cuarta parte de una saga llamada 'Viernes 13'. Durante los años siguientes la citada imagen volvía a mí de forma recurrente -aunque los detalles eran cada vez más difusos-, hasta el punto de convertirse en una especie de pesadilla a la que le hubiera cogido especial cariño. Tiempo después, ya adulto y fruto de mi intención por ver todas las sagas de terror de los años 70 y 80, le tocó el turno a las películas de Crystal Lake. Y fue entonces cuando volví a ver por primera vez aquella escena: la cinta era "Viernes 13 IV: Último Capítulo" (1984); Corey Feldman -para entonces ya un viejo 'conocido'- se enfrentaba a Jason Voorhees 'transformando' su rostro para parecerse al asesino y, justo antes de que aparecieran los créditos finales, el niño volvió a quedarse observando la pantalla con aquella mirada que tanto miedo me produjo de pequeño.  


domingo, 3 de agosto de 2014

Listas y recuerdos


Recientemente, una 'cadena de etiquetas' en Facebook animaba a citar sin ningún orden específico, no nuestras películas favoritas, sino quince películas que nos hubieran marcado; yo ya puse mi lista, pero pensé que en esta entrada podía aprovechar para profundizar un poco en cada una de ellas: 

1. "Batman vuelve" (Tim Burton, 1992). La vi al poco de cumplir los 10 años en un cine de Madrid y no sé si había visto ya el primer "Batman" (Tim Burton, 1989) en VHS, pero puede que no; en cualquier caso, son muchos los detalles que se quedaron marcadas en mi retina: la afición del personaje de De Vito por las narices y su visita al cementerio, todas las escenas relacionadas con los pingüinos, la primera secuencia de acción con que se abría la película, ese final abierto, la banda sonora de Danny Elfman... 



2. "Blanco humano" (John Woo, 1993). La vi con 11 años, totalmente alucinado, en el Teatro Cervantes (Almería); y no era mi primera película de Van Damme, ya que un año antes había ido a ver "Soldado Universal" (Roland Emmerich, 1992)... Por aquel entonces no sabía quién era John Woo, no conocía a Lance Henriksen, ni era muy consciente del uso de dobles y trucajes cinematográficos. Con el tiempo, he comprendido que el género puede alcanzar mayores cotas de complejidad y espectacularidad, pero "Blanco humano" siempre será mi primera 'película de acción' (y siempre tendrá un lugar en mi dvdteca). 



3. "Cariño, he encogido a los niños" (Joe Johnston, 1989). Creo que fue la primera película que vi en una sala de cine (de Madrid), al poco de cumplir los siete años. Por aquel entonces no sabía quiénes eran Joe Johnston ni Rick Moranis, y creo que he vuelto a verla sólo una vez siendo ya adulto, pero jamás olvidaré la sensación que experimenté al contemplar en una pantalla de cine cómo los protagonistas huían de aquellas hormigas 'gigantes'... 



4. "Seven" (David Fincher, 1995). La vi con 13 años en la Sala 4 de los Cines Imperial (Almería). Era muy joven y, en principio, aquella era una más de las películas que un amigo y yo íbamos a ver todas las semanas, pero de alguna forma entendí o sentí que aquello era 'gran cine', aunque no supiera quiénes eran David Fincher ni Kevin Spacey. 



5. "La princesa Mononoke" (Hayao Miyazaki, 1997). Estrenada tres años después en España, la vi a los 16 años con unos compañeros de instituto, aficionados al anime, al rol y al power metal. Recuerdo que llegamos y la película ya había empezado -nos perdimos el primer y espectacular ataque al pueblo del protagonista-, pero eso no me impidió disfrutar de una de las mejores experiencias cinematográficas de toda mi vida. Aquel día descubrí a Miyazaki. 




6. "Mi chica" (Howard Zieff, 1991). La vi en la televisión, creo que en un pase de Telecinco, pero no sé a qué edad, ni si la vi entera o sólo su segunda mitad. Pero sí recuerdo llorar como una magdalena. 



7. "Psicosis" (Alfred Hitchcock, 1960). No sé a qué edad la vi por primera vez, en VHS. Sí recuerdo que conocía todos los giros argumentales de la película antes de verla -es lo que tiene la curiosidad de un joven cinéfilo que empezaba a obsesionarse con el cine clásico-, lo que no me impidió disfrutar y sufrir de lo lindo en mi primera experiencia con el cine del Maestro. 




8. "Phantasma" (Don Coscarelli, 1979). Descubrí su existencia hace unos cuantos años gracias a un artículo de la web "Miradas de cine", cuando estaba iniciándome ya seriamente en el cine de terror. Una obra casi amateur y, en principio, 'menor' dentro del género; pero en mi caso, absolutamente fascinante. Creo que sólo aquellos/as que 'aman' esta película pueden entenderlo... 




9. "Mission: Impossible" (Brian de Palma, 1996). La vi con 14 años en la Sala 4 de los Cines Imperial (Almería). Por aquel entonces no sabía quién era De Palma ni que se convertiría en uno de mis directores de cine favoritos, pero aquello no me impidió disfrutar extasiado de aquel prodigio audiovisual, que marcaría un antes y un después en mi educación cinematográfica. 




10. "Vértigo. De entre los muertos" (Alfred Hitchcock, 1958). Mi relación con esta cinta de Hitchcock puede describirse en muy pocas palabras: la vi de joven con muchas ganas, pero no llegó a entusiasmarme; con posteriores visionados, se ha convertido en mi película favorita. 




11. "Viernes 13. Último capítulo" (Joseph Zito, 1984). Vi algunos trozos de pequeño, ¡creo que en TVE2!, y el plano que cerraba la película -protagonizado por Corey Feldman- se quedó marcado para siempre en mi retina. No volví a verla hasta que, hace algunos años, decidí visionar la saga al completo. 




12. "El fugitivo" (Andrew Davis, 1993). La vi con 11 años en la Sala 1 de los Cines Imperial (Almería) y cuando terminó la proyección lo único que quería era volver a verla. 




13. "Perfect Blue" (Satoshi Kon, 1997). Miyazaki me descubrió el anime, y Satoshi Kon -tristemente fallecido- abrió todavía más mi abanico cinéfago. 




14. "Único testigo" (Peter Weir, 1985). La vi de pequeño en televisión, en un pase de Telecinco, y por la época en que Harrison Ford era mi 'actor favorito' -nadie lo ha sustituido, es solo que ya no tengo-. La película no era de acción o aventuras, y me enseñó que un 'drama' podía ser igual de emocionante. 




15. "El club de los cinco" (John Hughes, 1985). No la vi de adolescente, pero ello no impidió que me emocionara e identificara con sus protagonistas. Y me (re)descubrió a un cineasta a reivindicar. 




PD.: retomando esta lista, me he dado cuenta de que, como es normal, me dejé muchas más películas en el tintero, que bien podrían sustituir a varias de las que aquí he puesto; sin ir más lejos, "Doce monos" (Terry Gilliam, 1995), vista a los 13 años en el Teatro Cervantes (Almería): su secuencia final me hizo llorar y cambió para siempre mi percepción cinematográfica.