sábado, 4 de julio de 2015

Vecinos, galletas y sardinas


El tiempo no pasa en balde y la edad, los accidentes o las enfermedades no perdonan: es algo asumido por –casi– todos y todas, pero aún así, nunca nos acostumbramos a despedirnos de nuestros seres queridos; ni de aquellas personas que, aun no habiendo formado parte de nuestros círculos sociales, sí que han sido un elemento fundamental de nuestras vidas y de nuestra educación cinéfila –por atenernos al ámbito temático de esta columna–. En las últimas semanas nos han dejado personalidades como Christopher Lee, James Horner o Patrick Macnee; en mi caso, la muerte que más recuerdos me ha despertado ha sido la de Rick Ducommun: quizás no tan conocido, pero coprotagonista de una de mis películas favoritas de todos los tiempos: No matarás… al vecino (1989).
Encabezada por un carismático Tom Hanks, que ese mismo año también estrenaba Socios y sabuesos (1989) –una de esas cintas ochenteras que no puedo dejar de ver cada vez que las pillo por televisión–, No matarás… al vecino (1989) fue dirigida por el gran Joe Dante –Gremlins (1984)– y contaba con un divertidísimo guión, escrito por la no demasiado prolífica Dana Olsen –responsable de títulos como Memorias de un hombre invisible (1991) o George de la jungla (1997)–. ¿Su argumento? Los vecinos de un pequeño barrio de los afueras, algo aburridos, empiezan a obsesionarse con la idea de que la familia Klopek, recién llegada al vecindario, pueda estar formada por asesinos…

Póster original de No matarás... al vecino (1989)

El reparto del film, que mezcla a la perfección los géneros de la comedia y el terror, es de lo que hacen salivar a cualquier mitómano aficionado al cine de los ochenta: aparte de Hanks, a lo largo del metraje podemos disfrutar de las interpretaciones de Carrie Fisher –la mujer del protagonista–, Corey Feldman –el vecino adolescente–, Bruce Dern –el vecino patriota–, Henry Gibson –el patriarca de la familia Klopek–, Dick Miller y Robert Picardo –intérpretes fetiche de Dante y aquí basureros– o el ya mencionado Rick Ducommun –el vecino pesado–. Nacido en Canadá en 1952 y curtido en el mundo de los monólogos, el actor firmó aquí, sin lugar a dudas, el papel más mítico de su carrera.

Ducommun protagoniza, de hecho, algunos de los mejores gags cómicos del film, pero es a Tom Hanks a quien pertenece el momento estelar de la función: a día de hoy, cada vez que revisito No matarás… al vecino (1989) –lo cual ocurre al menos una vez al año–, todavía sigo riéndome como un adolescente cada vez que su personaje, agobiado por las circunstancias, se ve forzado a introducir en su boca una galleta seca y una asquerosa sardina, bajo la atenta mirada de sus vecinos... Ya va tocando verla otra vez.       

Rick Ducommun y Tom Hanks en No matarás... al vecino (1989)

Publicado en La Voz de Almería (3-7-2015)

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