La semana pasada despedía esta
columna anunciando que dedicaría el fin de semana a la nueva serie original de
Netflix, Jessica Jones, y así lo
hice; claro que lo que prometía ser una entretenida maratón se fue
convirtiendo, con el paso de los capítulos, en una tarea más pesada que
disfrutable. Las expectativas estaban muy altas, eso es verdad: la primera producción
Marvel estrenada por la plataforma, Daredevil,
supuso un soplo de aire fresco no solo en el panorama seriéfilo, sino también
en el de las producciones audiovisuales sobre superhéroes –que desde hace unos años
se han convertido en el pan nuestro de cada día–. Y, en mi opinión… Jessica Jones no ha estado a la
altura.
Compuesta por trece episodios –lo acostumbrado en las series originales de Netflix– y con un reparto encabezado por Krysten Ritter (Breaking Bad), David Tennant (Doctor Who) o Carrie-Anne Moss (Matrix), la nueva apuesta televisiva del imperio Marvel está protagonizada por una investigadora privada con superpoderes –fuerza sobrehumana, capacidad de dar enormes saltos, etc.–, bastantes problemas de actitud y cierta afición a la botella; el personaje original apareció por primera vez en los cómics a finales de 2001 y, por lo que se refiere a su trayectoria televisiva, la idea es que acabe formando equipo junto a Daredevil y otros personajes de la compañía en la futura serie The Defenders.
Compuesta por trece episodios –lo acostumbrado en las series originales de Netflix– y con un reparto encabezado por Krysten Ritter (Breaking Bad), David Tennant (Doctor Who) o Carrie-Anne Moss (Matrix), la nueva apuesta televisiva del imperio Marvel está protagonizada por una investigadora privada con superpoderes –fuerza sobrehumana, capacidad de dar enormes saltos, etc.–, bastantes problemas de actitud y cierta afición a la botella; el personaje original apareció por primera vez en los cómics a finales de 2001 y, por lo que se refiere a su trayectoria televisiva, la idea es que acabe formando equipo junto a Daredevil y otros personajes de la compañía en la futura serie The Defenders.
Jessica Jones (2015)
Jessica
Jones tiene una resultona antiheroína como cabeza de
cartel, un actor de lo más carismático –Tennant– interpretando al villano, unos
créditos iniciales seductores, un leitmotiv
musical pegadizo, una factura audiovisual correcta y un primer episodio que
deja con ganas de más. Pero también tiene unos cuantos problemas que resultan
difíciles de obviar: un guión bastante mejorable, unas escenas de acción algo
ramplonas, un plantel de personajes secundarios con poca o ninguna chispa, una
trama general que acaba volviéndose repetitiva –centrándose únicamente en uno
de los muchos caminos argumentales posibles– y unas cuantas subtramas que
acaban pecando de insustanciales.
Inconvenientes, casi todos ellos, que ya estaban presentes en la exitosa Dexter, en cuyas primeras cuatro temporadas trabajó precisamente Melissa Rosenberg, la creadora de Jessica Jones –primero como guionista principal y más tarde como productora ejecutiva–. Las comparaciones son odiosas, pero también muy útiles: al finalizar el segundo episodio de Daredevil, me entraron ganas de aprender artes marciales y dedicarme a luchar contra las injusticias de este mundo; en cambio, al acabar el segundo capítulo de Jessica Jones, lo único en lo que podía pensar era: “ojalá esto mejore”…
Inconvenientes, casi todos ellos, que ya estaban presentes en la exitosa Dexter, en cuyas primeras cuatro temporadas trabajó precisamente Melissa Rosenberg, la creadora de Jessica Jones –primero como guionista principal y más tarde como productora ejecutiva–. Las comparaciones son odiosas, pero también muy útiles: al finalizar el segundo episodio de Daredevil, me entraron ganas de aprender artes marciales y dedicarme a luchar contra las injusticias de este mundo; en cambio, al acabar el segundo capítulo de Jessica Jones, lo único en lo que podía pensar era: “ojalá esto mejore”…
Jessica Jones (2015)
Publicado en La Voz de Almería (27-11-2015)
No hay comentarios:
Publicar un comentario