domingo, 8 de mayo de 2016

Capitán América: Civil War



Justo un mes después de la columna dedicada a Batman v Superman, hoy toca hablar de otro largometraje protagonizado por superhéroes enfrentados entre sí. A este respecto, Capitán América: Civil War llega a los cines con varios y diversos retos: continuar forjando el monumental imperio cinematográfico y empresarial de Marvel Studios; estar a la altura de la anterior entrega de la saga, Capitán América: El soldado de invierno (2014); mejorar el mal sabor de boca que dejó en muchos espectadores la última aventura conjunta de Los Vengadores; y, en opinión de quien esto escribe, resultar más compacta que la película encabezada por el Hombre de Acero y el Justiciero de Gotham.

Esto último lo cumple con creces; claro que la cinta basada en los personajes de DC me pareció espectacularmente irregular y el listón no estaba demasiado alto… Lo que sí evidencian los guionistas de Civil War es que una película puede ser una plataforma de lanzamiento para futuros personajes -y sus respectivas entregas cinematográficas- sin caer en la ‘chapuza’ orquestada por Zack Snyder y Cía. Perfecta conclusión argumental a muchas de las anteriores historias individuales y grupales de Los Vengadores, el film dirigido por los hermanos Russo también supone un paso en firme tras el tropiezo de -mi adorado- Joss Whedon con la decepcionante Vengadores: La era de Ultrón (2015).

Capitán América: El Soldado de Invierno (2014)

Uno de los segmentos que más está dando que hablar es aquel en el que los dos grupos de superhéroes -uno liderado por Iron Man y otro por Capitán América- se pelean entre sí, y muchos lo definen ya como una de las más perfectas definiciones del ‘cómic hecho cine’. Repleta de personajes, detalles, chistes y sorpresas, la secuencia tiene el mérito de desarrollarse a plena luz del día, como el resto de la película -eludiendo la obsesión de los blockbusters contemporáneos por las escenas nocturnas-, y es digna de disfrutarse en pantalla grande, pero no estoy seguro de si justifica por sí sola posteriores visionados.

Y es que ése es mi mayor problema con una cinta que, a priori, me debería haber encantado, y de la que medio mundo habla maravillas; tras encenderse las luces de la sala -y una vez vistas las dos escenas adicionales-, estaba indeciso sobre si tenía o no ganas de volver a verla. Hace algo más de dos años, a la salida de Capitán América: El soldado de invierno (2014), pensaba ya en cuándo podría comprarla en Blu-ray -buena parte de culpa la tuvo el estupendo montaje de imágenes que, a ritmo de Mavin Gaye, cerraba la película-; pero esta vez he echado de menos algo más de personalidad -a todos los niveles- y, sobre todo, un poco más de Steve Rogers y de Capitán América. 

Capitán América: Civil War (2016)

Publicado en La Voz de Almería (6-5-2016)

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