Hace
tiempo, en esta misma columna, hablaba de la suerte que tenemos de que por
Almería hayan pasado tantas figuras cinematográficas de primer orden y,
recordando específicamente el rodaje de Hasta
que llegó su hora (1968), comentaba que en él habían coincidido tres
futuros cineastas, por aquel entonces en los albores de su carrera: Dario
Argento, Bernardo Bertolucci y John Landis; si leyeron la columna de hace siete
días, sabrán que el pasado viernes pude sentarme junto a Landis en la rueda de
prensa que dio durante el Festival Nocturna de Madrid: tuve la oportunidad de
realizarle varias preguntas y, por supuesto, saqué a la palestra su estancia en
tierras almerienses.
El
director de Un hombre lobo americano en
Londres (1981) o Thriller (1983),
que a finales de la década de los sesenta se encontraba en Europa buscándose la
vida -por aquel entonces tenía menos de veinte años-, llegó a España atraído
por el boom que había experimentado
la industria cinematográfica en nuestro país, gracias a los cada vez más numerosos
rodajes internacionales; tras pasar un tiempo en Madrid, llegó a Almería
dispuesto a aprovechar el auge del spaguetti
western, y lo cierto es que acabó trabajando en mil y un rodajes,
realizando todo tipo de labores: desde tutor infantil hasta doble de acción
-acabó especializándose en caídas de caballos, y eso que no sabía montar…
Fotografía de Jhony Carrasco (@Carpi_Unbox)
Tras
escuchar mi pregunta -en la que aproveché para decirle que yo había vivido los
últimos veinte años en Almería-, Landis hizo memoria y contó varias anécdotas
de su paso por nuestra provincia: relató su encuentro con Bertolucci y Argento;
imitó el acento de Sergio Leone y contó que este último siempre llamaba ‘Hank’
a Henry Fonda durante el rodaje de Hasta
que llegó su hora (1968); bromeó sobre el miedo que le producían las capas
y los tricornios de la Guardia Civil; subrayó la ingente cantidad de
largometrajes que, por aquel entonces, se filmaban en Almería; y habló sobre
una tal familia Ochoa que, según él, controlaba todo lo relacionado con
aquellos rodajes.
Dejando
al margen los asuntos de agenda y los retos económicos que ello supondría, creo
que Landis sería un invitado ideal para el Almería Western Film Festival: no
tanto por su labor detrás de las cámaras -no ejerció como actor protagonista,
director o guionista en ninguna de las películas en las que participó mientras
estuvo en nuestra provincia-, sino por el desorbitado caudal de anécdotas que
el cineasta podría contar sobre su paso por Almería, donde vivió y trabajó
durante casi un año; además, da la casualidad de que el western es uno de sus géneros cinematográficos favoritos…
Un hombre lobo americano en Londres (1981)
Publicado en La Voz de Almería (3-6-2016)
No hay comentarios:
Publicar un comentario