domingo, 20 de noviembre de 2016

No vuelvas atrás, Tom
















Tras las -relativas- decepciones de crítica y público que supusieron Valkiria (2008) y Noche y día (2010), Tom Cruise volvió en plena forma con la cuarta aventura cinematográfica de Ethan Hunt -Misión imposible: Protocolo fantasma-; a partir de entonces, y de forma extraordinariamente regular -una vez al año, como Papá Noel-, ha estrenado una serie de títulos de acción y/o ciencia-ficción de lo más envidiables: Jack Reacher, Oblivion, Al filo del mañana y Misión: imposible – Nación Secreta. El pasado fin de semana llegó a nuestras salas Jack Reacher. Nunca vueltas atrás (2016) -secuela del primer título de esa lista- y, por mi parte, solo puedo hablar de profunda decepción. 
La primera entrega es una de esas películas de acción que no me canso de ver: hace unos meses la estaban echando en televisión y -cosa rara en mí- me quedé a verla de nuevo hasta el final, a pesar de que tengo el Blu-ray en la estantería. El buen hacer de Christopher McCarrie a los mandos del guión y la dirección, el impactante prólogo, la estupenda persecución automovilística a mitad del metraje -sin banda sonora-, las variadas escenas de ‘pelea’, la absorbente partitura de Joe Kraemer, el impresionante plantel de secundarios, el carisma de Cruise… Todos los elementos suman para hacer de ella una película a la que, como he dicho antes, no me importa volver de vez en cuando.

Jack Reacker (2012)

Es por eso que no logro entender cómo se han logrado torcer tanto las cosas en esta secuela: la trama es de lo más aburrida -y carece de los giros de la primera entrega-; las escenas de acción no tienen personalidad; Cruise parece estar con el piloto automático; y la introducción de dos nuevos personajes femeninos, a pesar de que es coherente con la loable dinámica presente en sus últimos trabajos -compartir todo el peso de la función con la actriz principal del reparto-, acaba convirtiendo a Jack Reacher en secundario de su propia historia. Por no hablar del doblaje -esta vez me fue imposible optar por la versión original-: de los peores que he escuchado en mi vida, sin exagerar. 

Hace poco más de un año, Rafa Martín –de la web Las Horas Perdidas- finalizaba su reseña de Misión: imposible – Nación Secreta (2015) afirmando: “El mayor temor que produce (…) es saber que la saga tiene los días contados y (…) todos sabemos cómo se derrumbará el castillo. Comenzará con el primer achaque de Cruise, su primer gesto de cansancio, su primer acto de desdén (…)”. Esperemos que esta segunda entrega de Jack Reacher no sea el primer ‘gesto de cansancio’ en la carrera reciente de un actor/productor que lleva muchos años proporcionando entretenimiento de calidad.

Jack Reacher. Nunca vuelvas atrás (2016)

Publicado en La Voz de Almería (18-11-2016) 

lunes, 14 de noviembre de 2016

"Al final del pasillo..."

















La columna de hoy iba a estar dedicada al reciente Salón del Manga de Barcelona y a recomendar varias series de animación japonesas, pero… los resultados en las elecciones estadounidenses, celebradas esta misma semana, han hecho descarrilar esa intención. Como esta columna está dedicada al cine y a la televisión, obviaremos cualquier análisis político -aunque supongo que sospecharán mi postura al respecto- y nos limitaremos a comenzar diciendo que, veintisiete años después, EEUU vuelve a tener un presidente con una carrera previa en el mundo del espectáculo: entonces fue Ronald Reagan -1981/1989- y ahora le toca el turno al ya archiconocido Donald Trump.
Hagamos un repaso: el reality show empresarial El aprendiz (en antena desde 2004) -el sustituto de Trump en la 15ª temporada del programa será… Arnold Schwarzenegger, el segundo actor metido a político que aparece en esta columna-, las retransmisiones televisivas de Miss Universo -el ahora presidente de EEUU fue dueño de la compañía que desarrolla el concurso entre 1996 y 2015-, multitud de cameos en series y largometrajes -de la serie Sexo en Nueva York a la comedia romántica Amor con preaviso (2002), pasando por Solo en casa 2: Perdido en Nueva York (1992), en la que indicaba a Macaulay Culkin que la salida estaba ‘Al final del pasillo, a la izquierda’-…

Donald Trump en Solo en casa 2: Perdido en Nueva York (1992

Durante uno de los paneles de la Comic Con de 2015 -por entonces el magnate acababa de presentar su candidatura, pero lo de esta semana parecía casi impensable-, uno de los protagonistas de Supernatural -Jared Padalecki- afirmó que ellos ya habían tenido a su Donald Trump particular; se refería al empresario mediático Dick Roman, villano de la séptima temporada y líder de Los Leviatanes: unos seres creados por Dios en el principio de los tiempos, encerrados en el Purgatorio y, tras escapar de este último, obsesionados con hacer de la Tierra su restaurante. Curiosamente, en casa estamos terminando ahora esta séptima temporada, tras un tiempo sin acompañar a los hermanos Winchester en sus aventuras -ahora andamos de nuevo totalmente enganchados…

Para no romper del todo con el espíritu original de la presente columna, aprovecharé estas últimas líneas para recomendar tres animes para ver este fin de semana, en caso de que alguien necesite ‘huir’ de la actualidad política internacional: Mushishi -nunca pensé que una serie tan relajante pudiera ser tan adictiva-, Psycho-Pass -la ciencia-ficción distópica elevada a la máxima potencia- y Puella Magi Madoka Magica -un brutal giro de tuerca al subgénero magical girl del que casi es mejor no saber nada de antemano.

Supernatural (CW)

Publicado en La Voz de Almería (11-11-2016) 

domingo, 6 de noviembre de 2016

Doctor Strange
















Un reparto de campanillas -Benedict Cumberbatch, Tilda Swinton, Chiwetel Ejiofor, Rachel McAdams, Mads Mikkelsen-, unos efectos digitales a la altura de este tipo de superproducciones, Michael Giacchino a cargo de la banda sonora, una historia y un personaje principal con muchísimas posibilidades -viajes astrales, control temporal, portales dimensionales, artefactos mágicos-… Es obvio que Marvel Studios no ha escatimado en gastos ni en ambición a la hora de plantear su catorceava película -hace ya ocho años de Iron Man (2008)-, y lo cierto es que la mayoría del público y la crítica especializada ha acogido de muy buen grado la propuesta de Doctor Strange.    

En varias ocasiones a lo largo del metraje, el superhéroe interpretado por Benedict Cumberbatch sale de su cuerpo físico y se desplaza por el plano astral; a mí me pasó algo muy parecido mientras estaba sentado en la butaca del cine, este pasado domingo. Cuando el protagonista, durante una conversación con un Maestro de las Artes Místicas, empieza a nombrar a varios cantantes famosos -Adele, Beyoncé, Eminem, Drake-, me ‘salí’ totalmente de la película y creo que no volví a entrar en ella hasta los créditos finales -quizás la única parte del largometraje que disfruté realmente, gracias al estupendo tema musical The Master of the Mystic Arts compuesto por Giacchino.


Y es que no fue el enésimo villano sin sustancia del Universo Cinematográfico de Marvel, ni la poca profundidad en el personaje principal -egocéntrico, ‘graciosete’ y poco más-, ni el hecho de ser un remake  encubierto de Iron Man, lo que más me ‘sacó’ de la historia, sino la sensación de estar presenciando un continuo festival de ‘humor blanco’ aderezado con escenas de acción y emoción. Soy el primero que disfruta viendo al protagonista de una cinta de acción pronunciar frases lapidarias y chistosas cuando el villano ya está muerto o no puede escucharle -solo el público-; pero cuando vi al Doctor Strange hacer esto mismo al final de la película, de verdad que no daba crédito. 

PD. Justo el día anterior habíamos hecho doble sesión cinéfaga en casa, revisando Truco o trato (2007) -¿un clásico del terror contemporáneo?- y Los mercenarios 3 (2014) -quizás la peor y más auto-consciente entrega de la saga-. Con ambas lo pasé muchísimo mejor que con Doctor Strange. Digo esto para dejar claro que yo veo cine, principalmente, para emocionarme, de la forma que sea: riendo, llorando, pasando miedo, liberando adrenalina…; obviamente, la última cinta de Marvel Studios no consiguió hacerme sentir nada de eso, y yo seguiré quedándome con las dos primeras películas del Capitán América.


Publicado en La Voz de Almería (4-11-2016) 

sábado, 5 de noviembre de 2016

"Esto es Halloween"...

















Sin comerlo ni beberlo, ya estamos a finales de octubre: el otoño va arrancando muy poco a poco -“poner chaqueta, quitar chaqueta”, que decía el personaje de Jackie Chan en la nueva versión de Karate Kid (1984)-, mañana nos toca hacer el cambio de hora -dentro de lo que cabe, tendremos sesenta minutos más para… hacer lo que queramos-, ya falta menos de un mes para el regreso de Las chicas Gilmore -gritemos todos y todas, ¡25 de  noviembre!- y la semana que viene llega el Día de Todos los Santos; y con él, la ya clásica polémica sobre la creciente invasión cultural y comercial que supone la Fiesta de Halloween -cuya celebración, a este paso, se va a alargar tanto como la Navidad… 
Quienes me conocen saben que tengo especial debilidad por el género de terror, así que el 31 de octubre no supone exactamente una revolución dentro de la ‘programación’ habitual, pero aún así cada año Halloween sigue siendo una excusa ideal para organizar una estupenda tarde-noche de suspense, escalofríos, sustos y/o diversión frente al televisor. En este sentido, Trollhunter (2010) -cuya versión USA sigue sin llegar-, Truco o trato (2007) -su director, Michael Dougherty, continúa dando esperanzas sobre la tan postergada secuela- o San Valentín sangriento (1981) -hace poco volvimos a revisar el remake y lo dejamos a la mitad- han sido algunas de las elegidas durante los últimos años.

Scream (especial Halloween - 2016)

Este 2016 la cosa aún está por decidir: Dark Water (2002) -aún recuerdo el grito que solté durante el último ‘susto’ la primera vez que la vi-, House, una casa alucinante (1986) -fue una gozada ver su tráiler original antes de Aliens. El regreso, en la reciente edición del Festival de Sitges-, la ya mencionada Truco o trato (2007) -sí, otra vez-… De todas formas, este año la festividad se ha adelantado y el fin de semana pasado ya tocó repetir visionado de La cabaña en el bosque (2012) -a todo esto, Joss Whedon ya ha anunciado que su nueva película será de… terror- y arriesgarse a ver el episodio especial de la televisiva Scream -¡más disfrutable que toda la segunda temporada!
En cuanto a la pantalla grande, las carteleras españolas recibirán este fin de semana un único estreno de terror, la secuela Ouija: El origen del mal (2016) -ya comentada la semana pasada en esta misma columna-. El film de Mike Flanagan, no obstante, tendrá compañía dentro de siete días, de la mano de Blair Witch (2016), secuela -esta vez sorpresa- del mítico found footage estrenado en 1999: eso sí, la que en un principio se anunciaba como la película que cambiaría el género -un clásico del marketing- parece haberse quedado en remake encubierto… En cualquier caso, ¡Feliz Halloween!

La cabaña en el bosque (2012)

 Publicado en La Voz de Almería (28-10-2016)