viernes, 15 de diciembre de 2017

Navidades 2017



Escribo estas líneas unas pocas horas después de confirmarse que Walt Disney Company ha comprado buena parte del conglomerado de Century Fox, incluyendo sus filiales cinematográfica y televisiva. ¿Uno de los factores más decisivos? El poder competir con Netflix en las mejores condiciones posibles una vez que Disney estrene su propia plataforma de contenido VOD. La noticia, de la que ya se habían ido desvelando bastantes detalles durante las últimas semanas, es de tal calado que habrá que esperar unos cuantos meses -incluso años- para opinar con algo más de criterio: ¿cuál será el grado de independencia que tendrá la Fox?, ¿cuánto tardará Marvel Studios en incorporar a los X-Men y/o a los Cuatro Fantásticos al universo MCU?, ¿qué supondrá esto para la saga Avatar -tendremos aún más secuelas más allá de las cuatro ya planeadas-?, etc. 

Los últimos Jedi. Este fin de semana, precisamente, llega a las carteleras la nueva entrega de Star Wars, una de las adquisiciones más recientes del 'Imperio' Disney -no he podido evitar el chiste…-. El recibimiento después de los primeros pases no ha podido ser más positivo y se destacan, sobre todo, dos aspectos: el sorprendente rumbo narrativo de la película y lo emotivo de algunas escenas. Como ya he comentado en esta misma columna, El despertar de la fuerza me ganó totalmente en el primer visionado, pero no me pasó lo mismo al revisarla en formato doméstico; y en cuando a Rogue One, formo parte de aquellas personas -no sé si pocas o muchas- que no disfrutaron ni de sus personajes, ni de su banda sonora, ni de sus cameos digitales. ¡Cruzo los dedos! Y, por supuesto, la comentaremos próximamente.  

Carta a Papá Noel. Este año me pido -en lo que a cine y televisión se refiere, porque si no esto podía quedar demasiado largo-: que se editen en España ediciones en formato doméstico tan fabulosas como las de -por ejemplo- Arrow Video; que no tardemos mucho en ver el primer avance de la accidentada Misión Imposible 6; que el especial navideño de Doctor Who no decepcione y que Jodie Whittaker -la nueva protagonista- aparezca el máximo de segundos posibles en pantalla; que por fin haya noticias sobre una nueva temporada de Happy Valley; o que el cine comercial estadounidense remonte la mala racha en la que lleva sumido los últimos años -por pedir que no quede- 

PD. Hace unos días, y como todos los años, en casa volvimos a ver… La Jungla de Cristal. Estuvimos a punto de no seguir con la tradición, pero afortunadamente las circunstancias nos fueron favorables y John McClane volvió a entrar en el Nakatomi Plaza. Un film que mejora en cada visionado. Felices Fiestas a todos y todas.  

Publicado en La Voz de Almería (15-12-2017)

sábado, 9 de diciembre de 2017

Carrusel de series (II)

Toca hacer balance de las últimas producciones televisivas que han pasado por el salón de casa durante estos últimos -y fríos- días de diciembre:   

Glitch. La semana pasada comenté que había empezado a ver la segunda temporada de esta serie australiana, en la que un variopinto grupo de personas devueltas a la vida deben averiguar cómo murieron, quién y por qué les resucitó, y cómo deben aprovechar esta segunda oportunidad. Una vez vistos los nuevos seis capítulos, no puedo ocultar una ligera decepción: los personajes se han dedicado, más que nunca -era algo presente ya en la primera tanda de episodios-, a ir de un lado para otro sin mucha más motivación que la de desarrollar las correspondientes subtramas y hacer avanzar los acontecimientos; en esta ocasión, no ardo en deseos de ver la tercera temporada…  

Dark. El guión, principal 'talón de Aquilés' de Glitch, es sin embargo el punto fuerte de la primera serie alemana distribuida bajo el sello de Netflix; y es que ya solo el esfuerzo de elaborar un castillo de naipes tan ambicioso -en el que todos sus elementos acaban encajando- merece por sí solo toda mi admiración. El estupendo apartado técnico, la hipnótica banda sonora -mención especial a los coros a capela- y los mejores créditos iniciales que he visto en mucho tiempo -no solo son preciosos, sino también una parte más del rompecabezas-  suman puntos a una producción que, sin embargo, no terminó de enamorarme en sus últimos capítulos, aunque solo porque las preguntas siempre son más emocionantes que las respuestas -tengo más motivos, pero sería entrar de lleno en territorio spoiler

The Fall. Hacía tanto tiempo que terminé la segunda temporada de esta serie protagonizada por Gillian Anderson y Jamie Dornan que tenía miedo de no cogerle el 'tranquillo' a los nuevos episodios. Para mi sorpresa, el primer capítulo de la tercera temporada me tuvo interesado del primer al último minuto, gracias -entre otras cosas- a su original planteamiento: quitarle buena parte del protagonismo a una de sus dos estrellas principales y convertir la trama en algo parecido a un episodio de la mítica -y, por mi parte, añorada- Urgencias: no me importaría ver una serie comandada por el médico interpretado por Richard Coyle...   

Broadchurch. Hace unos días una amiga me dijo lo siguiente: "Lo único que pido es que Olivia Colman y David Tennant trabajen juntos toda la vida". Una vez vista casi toda la tercera -y última temporada- de la serie creada por Chris Chibnall, no puedo estar más de acuerdo. Los casos enganchan, pero aún más el acento escocés de Tennant, las miradas de Colman y la dinámica entre ambos.  

Publicado en La Voz de Almería (08-12-17)

domingo, 3 de diciembre de 2017

Comentarios pre-navideños



Sin comerlo ni beberlo, ya estamos en diciembre, un mes esperado y temido a partes iguales. Ya habrá tiempo para hacer balance de 2017 en lo que se refiere a cine y televisión; mientras, toca comentar varios temas que, por sí solos, darían para una o varias columnas.

Doce días después. Han pasado casi dos semanas desde que fuimos al cine a ver Liga de la justicia. No es por hacer leña del árbol caído, pero cada hora que pasa hace que me parezca aún peor película. Recomiendo a este respecto el podcast publicado hace unos días por los chicos de la web Las Horas Perdidas dedicado en exclusiva a comentar sus impresiones sobre la cinta de DC nada más salir del cine, no solo para echarse unas risas, sino también para profundizar en todos los acontecimientos extra-cinematográficos que torpedearon cruelmente el proceso de producción, y culpables -en gran medida- del resultado final. 

Fiebre marvelita. Esta semana se lanzó el primer avance de Avengers: Infinity War, la tercera entrega de la saga principal de Marvel Studios y, en general, el recibimiento en las redes -y al menos en mi entorno cinéfago más íntimo- ha sido apoteósico. El tráiler, para qué negarlo, es espectacular y está confeccionado a la perfección, pero lo mismo dije de los de Capitán América: Civil War o Doctor Strange, por poner solo dos ejemplos, y ello no impidió que saliera defraudado del cine en ambos casos. Por otro lado, las escenas ambientadas en Wakanda parecen casi una forma de decirnos 'tenéis que ver Black Panther'… En cualquier caso, yo acudiré al cine el fin de semana de estreno -4 de mayo de 2018-, aunque solo sea por reencontrarme con el Steve Rogers encarnado por Chris Evans -en mi opinión, Marvel nunca podrá superar El soldado de invierno

Maratones caseras. No solo de cine vive el ser humano: sobre The Punisher, podría comentar tantos aspectos positivos como negativos, pero el hecho de que haya conseguido verla entera, tras los fiascos de Jessica Jones, Luke Cage y Iron Fist -esta última ni la empecé-, me parece ya todo un avance; la segunda temporada de Glitch, por su parte, me está pareciendo mucho menos inspirada que la anterior -ideal para calmar el hueco emocional dejado por The Leftovers-, pero todavía puede mejorar; y en cuanto a Alias Grace, tan solo expresar mi admiración más absoluta por el trío conformado por Sarah Gadon/actriz, Mary Harron/directora y Sarah Polley/guionista. 

Posdata. Pese a todo, lo más gratificante de estas últimas semanas ha sido ver, por primera vez -y en una excelente edición cortesía de Arrow Video-, el tiroteo sin diálogos con que termina el metraje de Ladrón (1981), primer trabajo cinematográfico de Michael Mann.  

Publicado en La Voz de Almería (01/12/2017)

domingo, 26 de noviembre de 2017

Liga de la justicia



Como anunciaba en la pasada columna, este pasado domingo -justo un día después de que Sophia Loren fuera homenajeada durante el Festival Internacional de Cine de Almería-  me acerqué al cine a ver la última entrega del nuevo universo cinematográfico DC, Liga de la justicia. Podría empezar desde ya a explicar mis problemas con la película, pero mentiría si no dijera que durante los diez primeros minutos albergué algo de esperanza: la breve aparición de un personaje mediante un vídeo grabado con el móvil -parece que rodada una vez Joss Whedon asumió el mando-, los melancólicos créditos iniciales a ritmo del Everybody Knows de Leonard Cohen -¿alguien dijo Watchmen?-, Holt McCallany haciendo de ladrón cazado por Batman…

Lamentablemente, los siguientes 110 minutos -quién habría pensado que una película de esta supuesta envergadura duraría menos de dos horas- se encargaron de echar por tierra esa ilusión. ¿Entretenida? Sí. ¿Mejor que Escuadrón Suicida? Por supuesto. ¿Menos polémica que Batman v Superman? Diría que también. Pero si estas tres respuestas se consideran un éxito, mal vamos. A día de hoy, todavía sigo acordándome de las dos cintas mencionadas, y suelo comentarlas en mi círculo de amistades cinéfagas, aunque solo sea para recordar lo mal que lo pasamos en el cine. Pero Liga de la justicia... ya la he olvidado casi por completo. Y antes de que alguien me llame elitista y anti-blockbusters, recuerdo que disfruté con The Mummy, la película más vapuleada de este verano. 

¿Por dónde empiezo? Un villano CGI que, como se ha comentado, parece sacado de un videojuego de los 2000… Un Flash que, en el 99% de sus escenas se limita, única y exclusivamente, a ejercer como alivio cómico de una trama que ya de por sí no es demasiado solemne… Un Aquaman que, durante la última media hora de película, reduce casi por completo sus líneas de diálogo a frases del estilo "Toma ya", "Ahí le has dado", "Oh, sí"… Un Superman metido con calzador, no solo en lo que respecta a los efectos digitales, sino también a su relación con el grupo de superhéroes que da nombre a la película… Un diseño de producción feísta y más propia de una producción del canal Sify -aunque la cinta se haya rodado casi dos veces, en muchas escenas cuesta creer que haya costado 300 millones de dólares-… Una banda sonora, compuesta por mi adorado Danny Elfman, en la que solo destacan las referencias musicales a otras películas… 

Wonder Woman no me pareció la gran película de superhéroes que mucha gente vio, pero me parece innegable que lo mejor de Liga de la justicia es precisamente el personaje de Gal Gadot, y que ella y el resto del elenco femenino son lo que dan algo de aire a la película. 

Publicado en La Voz de Almería (24-11-2017)

sábado, 18 de noviembre de 2017

De Chiquito, Spacey o Superman
















Hace unos días nos enterábamos del fallecimiento de Gregorio Esteban Sánchez Fernández, más conocido como 'Chiquito de la Calzada'. Nunca fui aficionado a su humor, pero recuerdo perfectamente jugar durante los recreos del colegio con los Chiquitazos, la mítica versión de los tazos que venían en las bolsas de patatas fritas de Matutano, solo que con caricaturas y frases célebres del humorista malagueño. Y también recuerdo que, en su día, en casa alquilamos el VHS de Aquí llega Condemor, el pecador de la pradera: a día de hoy no sé ni de qué iba la película -rodada en Almería, precisamente-, pero sí que al final se incluía un avance de la 'secuela', Brácula. Condemor II  -al estilo de Regreso al futuro II y III.   

El adiós de 'Chiquito' llega en un momento en el que la mayoría de noticias sobre el mundo del espectáculo tienen que ver con escándalos de índole sexual. Harvey Weinstein, Kevin Spacey, Louis C.K. o Steven Seagal, entre otros muchos, han protagonizado durante las últimas semanas titulares relacionados con acoso, abusos o comportamientos -como mínimo- moralmente reprobables. En este sentido, la semana pasada leí una viñeta humorística bastante acertada sobre el tema, en la que se afirmaba que, si el año pasado el mayor miedo al leer el nombre de un actor en internet era que hubiera muerto, este año lo más probable es que sea el próximo protagonista de una noticia de este tipo -y que a partir de ese momento esté 'muerto' para muchas personas-. 

Tiempos tristes para los fans o seguidores de los artistas implicados, pero que palidecen en comparación a la tristeza que habrán sufrido las víctimas. Habrá quien prefiera no hacer juicios por anticipado y defender la 'presunción de inocencia' hasta saber la decisión de los tribunales, pero no es menos cierto que han sido ya varios denunciados los que han reconocido ya, en mayor o menor medida, la gravedad de sus actos. 

PD.: Hoy llega a los cines españoles -y de medio mundo- Liga de la Justicia, la 'Vengadores' del nuevo universo cinematográfico de DC, si no fuera porque la mitad de los personajes protagonistas todavía no ha tenido película propia... Pasado mañana toca verla en el cine y la próxima semana dedicaremos al menos un párrafo a comentarla; pero mientras, dos apuntes más frívolos: ¿por qué le han quitado el artículo determinado al título en castellano? y ¿acabará siendo lo más divertido de la cinta descubrir en qué escenas Henry Cavill/Superman tiene el bigote 'borrado' por ordenador? -el mismo que lleva su personaje en la próxima entrega de Misión Imposible y que, por contrato, no pudo quitarse cuando en DC decidieron rodar nuevas escenas para las aventuras de Batman y Cía. 

Publicado en La Voz de Almería (17-11-2017)

sábado, 11 de noviembre de 2017

A propósito de James Stewart





Hace justo siete días, el viernes pasado por la tarde, decidí empezar el fin de semana poniéndome una película en casa. Tras revisar la videoteca física y virtual, y tras un largo proceso de eliminación -por mucho esmero que uno ponga en confeccionar su particular lista de 'cosas pendientes de ver', luego la disposición y las circunstancias acaban jugando un papel fundamental-, me decidí por uno de mis western favoritos: Tierras Lejanas (1954), dirigido por Anthony Mann y protagonizado por James Stewart -una de sus varias colaboraciones-.  Y aunque comprobé que la copia en DVD que compré hace años necesitaba urgentemente una mejora, disfruté a lo grande y me emocioné con su clímax final casi tanto como cuando la veía de chaval por televisión. 

Es algo que ya hemos comentado en esta columna en más de una ocasión: en décadas pasadas, la parrilla televisiva era para muchas personas -me incluyo- la principal vía de acceso, no solo a las novedades, sino también a los clásicos del séptimo arte. Recuerdo perfectamente el esperar a que llegara el fin de semana para ver todas las películas que emitían a lo largo de la parrilla televisiva, especialmente en La1 o Canal Sur: casi era todo cine comercial de diferentes épocas -'películas del oeste' de los años 50, cintas de acción y/o aventuras de los años 80 o 90, etc.-, pero a todas luces mil veces mejor que el panorama actual, donde todo son 'telefilms alemanes' o 'películas de Antena3' -un subgénero en sí mismas.  

En su día -de niño, adolescente, veinteañero, etc.- me pasaba todo el tiempo posible pegado a la programación de la pequeña pantalla, en busca de entretenimiento y/o cultura. A día de hoy, y desde hace muchos años, la poca 'tele' que veo son los pocos segundos que tardo entre encender el televisor y acceder al reproductor de DVD/Blu-ray o a la correspondiente plataforma online. No hay mayor contraste que terminar de ver un capítulo de The Sinner -miniserie/thriller del canal USA bastante recomendable, con una Jessica Biel casi irreconocible-, y al volver a la 'realidad' -o en otras palabras, a la televisión de toda la vida-, comprobar que uno de los asuntos más importantes del día es la nueva camiseta de la selección española de fútbol. 

PD. El fenómeno 'Almería Tierra de Cine' sigue adelante mes a mes, año tras año. A la próxima visita de Sophia Loren al Festival Internacional de Cine de Almería se suma el futuro rodaje de una película protagonizada por Jude Law y Blake Lively; y para rematar, se confirma que la última película de Brian de Palma, rodada parcialmente en Almería -no sin cierta polémica, como sabrán los lectores y lectoras de este periódico-, podrá verse en salas españolas el próximo año. 

sábado, 4 de noviembre de 2017

Series y/o películas



¿Recuerdan que la semana pasada comenté mi intención de recuperar en formato doméstico No respires y la secuela de Expediente Warren, aprovechando estos días de Halloween? Pues al final no hubo tiempo, ya que en casa dedicamos el domingo a lo mismo que -supongo- muchos y muchas: devorar la segunda temporada de Stranger Things. Y es que, casi un año y medio después, el veredicto vuelve a estar claro: los hermanos Duffer han creado la 'serie-maratón' por excelencia. ¿El motivo principal? Una trama ideada más como una película de siete horas y media -lo que dura esta 'secuela'- que como una producción televisiva de enfoque más tradicional. 

La serie 'ochentera' no fue la única que pasó a toda velocidad por mis retinas este último fin de semana, ya que el sábado por la mañana empecé a ver Mindhunter y cuando me quise dar cuenta… iba por el séptimo capítulo. No soy un entusiasta de las producciones de época y/o de las historias criminales, pero la serie creada por Joe Penhall -y en cuyos créditos ejecutivos encontramos a Charlize Theron o David Fincher, que también dirige cuatro episodios- me fascinó desde el primer minuto. Por su reparto, ritmo, fotografía, puesta escena y banda sonora, pero también porque, de nuevo, nos encontramos con algo muy parecido a una película de casi ocho horas -¿alguien dijo Zodiac?-, y no con una serie procedimental al uso. 

Pasando de la pequeña a la gran pantalla: este miércoles, aprovechando el día festivo, fuimos al cine a ver Thor: Ragnarok, la nueva aventura del Dios del Trueno. Y puede decirse que, esta vez, a la tercera ha ido la vencida, aunque solo sea por la buena acogida que el film ha tenido entre crítica y público. Por mi parte, me entretuvo más que las dos primeras entregas -cosa fácil-, pero conforme pasaban los minutos me sucedió lo mismo que con la reciente secuela de Guardianes de la Galaxia o Doctor Strange: me aburrí y empecé a bostezar. Reconozco que por fin vi a un Thor carismático, que disfruté de lo espectacular de algunas escenas de acción y que varios chistes me hicieron bastante gracia -la presentación de la protagonista femenina o el guiño a Lo que hacemos en las sombras, el anterior film de Taika Waititi-, pero poco más. 

No todo fue decepción durante estos últimos días en lo que se refiere al panorama cinematográfico: unos días antes, vimos por tercera vez Mision Imposible: Nación Secreta, y tan solo el estar atento a los detalles que esconde la banda sonora -las variaciones sobre el tema principal de la saga o, sobre todo, las permanentes citas al Turandot de Puccini- me resultó más disfrutable que las aventuras de Thor, Hulk, Loki y compañía. 

Publicado en La Voz de Almería (3-11-2017)

domingo, 29 de octubre de 2017

Spoilers, Halloween y Halloween


Hace una semana comenté que algún día tendríamos que hablar del tema de los cada vez más famosos spoilers.  Todo venía a cuento de Blade Runner 2049, y de las sorpresas que su argumento depara al espectador que no se haya informado más allá del material publicitario o... que no se haya topado -presencialmente o vía internet- con alguna de esas personas a las que el conocer detalles específicos de la trama de una película -o de una serie, de un libro, etc.- no parece importarles lo más mínimo, y en muchas ocasiones tampoco el difundir dichos detalles a los cuatro vientos, sobre todo en los días posteriores al estreno. En este sentido, la 'sorpresa' argumental que tenía lugar durante el tramo final de Star Wars. El despertar de la fuerza sirvió a muchos, entre otras cosas, para revisar sus listas de contactos en las redes sociales… Intentaremos dedicar otro día una columna entera a tan controvertido tema.

Siguiente asunto: ¡ya está aquí Halloween! -o, si lo prefieren, el Día de Todos los Santos-. Toca preparar la decoración, comprar cosas con forma de calabaza y, lo más importante -al menos para mí- preparar nuestro particular festival de cine de terror. Acabo de decir 'cine', pero bien podríamos añadir también 'televisión', ya que sospecho que no seremos pocos quienes intentemos aprovechar este fin de semana para hacer una maratón con la segunda temporada de Stranger Things -ya comenté en su día que la primera no me pareció una obra maestra, pero sus ocho episodios cayeron en una tarde, algo que habla por sí solo-; en casa también hemos decidido dejar tiempo para repescar No respires y Expediente Warren: El caso Enfield, dos películas que en su momento no llegamos a ver en pantalla grande.

Por último, en casa continúan las 'aventuras con HBO', que llevan camino de convertirse en una sección semanal. Ya conté que el primer capítulo que intentamos visionar en la plataforma tuvimos que terminarlo a través de una web 'no oficial' -a las cuales no recurríamos hace mucho tiempo- porque le faltaban casi diez minutos. La cosa no quedó ahí: en otra serie nos fallaron los subtítulos y ayer intenté ver una película -Black Death, de Christopher Smith, una eterna pendiente- pero fue totalmente imposible pasar de los títulos de crédito iniciales, dado que nunca se terminaba de cargar. Seguiremos informando…

PD. Una última cosa sobre Blader Runner 2049, y no es ningún spoiler: si alguien creyó ver el 'mar de plástico' almeriense al poco de empezar el metraje, hace unos días un artículo de Evaristo Martínez en este mismo periódico le daba toda la razón. 

Publicado en La Voz de Almería (27-10-17)

lunes, 9 de octubre de 2017

Sitges, año 2049















Después de una semana cuyos tiempos libres han estado dedicados casi por completo a terminar The Big C -la tercera temporada y, sobre todo, la cuarta me parecieron muy inferiores a las magníficas dos primeras, pero solo por el cariño que se le coge a casi todos los personajes bien merecía la pena acompañar a Cathy a lo largo de todo su camino- o a devorar las dos temporadas de Noragami -un anime la mar de disfrutable, pese a la forzada introducción de algunas subtramas-, toca volver la mirada al séptimo arte: ayer empezó el Festival de Sitges de 2017 y quien esto escribe estará recorriendo las calles, restaurantes y -sobre todo- cines de la ‘ciudad del cine fantástico’ desde hoy viernes hasta el próximo lunes.   
Una sesión doble formada por Suspiria y La Cumbre Escarlata -con la presencia de Dario Argento y Guillermo del Toro, el padrino de esta edición-, el musical zombi/navideño Anna and the Apocalypse -¿futura cinta de culto?-, Mom and Dad -con Nicolas Cage en modo ‘locura total’, aunque la expresión resulte algo redundante teniendo en cuenta la reciente filmografía del actor-, la secuela de ‘metraje encontrado’ Creep 2 -ya comenté hace algún tiempo lo simpática que me pareció la película original-, La villana -ojalá sea la película de acción del año, tal y como se nos está vendiendo-, así como The Ritual, Anabelle: Creation y The Mission -un Johnnie To noventero- han sido las nueve películas que cabían en el planning de este año; en el cual está incluida la acostumbrada visita a los apetecibles puestos de películas, libros, etc.
De todo ello hablaremos en la ya clásica crónica post-Sitges en la columna de la semana que viene; y lo cierto es que ‘La última escena’ de dentro de dos semanas tiene también tema asignado -a no ser que aparezca una noticia de fuerza mayor en los próximos días-: me refiero a Blade Runner 2049, la esperada secuela del clásico de ciencia-ficción dirigido por Ridley Scott a principios de los ochenta, que seguramente nos acercaremos a ver el próximo martes, y  etiquetada ya de obra maestra por buena parte de la crítica especializada -aunque, como siempre sucede, comienzan ya a aflorar las opiniones que rebajan el entusiasmo inicial-. ¡Veremos! Yo con tal de volver a ver a Harrison Ford en un proyecto de calidad ya me conformo.

PD. Siete semanas después del tan cacareado accidente y la lesión de tobillo, Tom Cruise -que la semana pasada también ocupaba este último párrafo- ha vuelto ha vuelto a ponerse delante de las cámaras para finalizar el rodaje de su sexta ‘Misión Imposible’; cada vez soy más enemigo de los avances promocionales, pero reconozco que estoy deseando ver ya el primer tráiler…

Publicado en La Voz de Almería (6-10-2017)

domingo, 1 de octubre de 2017

De Laura Linney a... Tom Cruise















Hace siete días abríamos esta columna con The Big C, la serie de Showtime sobre una mujer de cuarenta años a la que diagnostican un cáncer de piel; y hoy volvemos a hacerlo. Y es que es algo cíclico, peros siempre me vuelvo a sorprender -para bien- cuando encuentro esa producción televisiva que me llega al alma y que tengo la necesidad de ver en el menor tiempo posible. Durante las últimas semanas las aventuras y desventuras de Cathy -enorme Linney- y sus seres queridos me han acompañado casi a todas horas, haciéndome llorar y reír a partes iguales. Aunque me quedan por ver los últimos siete capítulos, así que en siete días volvemos a hablar.    

Buena culpa de que aún no haya terminado The Big C la tiene la primera temporada de una serie de animación japonesa: la exitosa Assassination Classroom. ¿Motivos? Un humor de los que me hacen reír a carcajadas -obviando quizás aquellos gags centrados en la objetivación del cuerpo femenino, esa gran obsesión de buena parte del entretenimiento japonés- y una premisa argumental de las que hay que ver para creer: un extraterrestre amenaza con destruir nuestro planeta, pero al mismo tiempo se ofrece para ser el profesor de un grupo de alumnos y alumnas cuyo objetivo será… asesinarle. Y como guinda, unos openings de lo más originales. 

Pasemos al cine… En lo que va camino de convertirse en una tradición de esta columna, me toca rescatar una película de terror más o menos reciente que, en su momento -2009-, fue vapuleada por parte de crítica y público. Me refiero a La semilla del mal (The Unborn), dirigida y escrita por un David Goyer que por entonces disfrutaba del prestigio que le proporcionaba haber participado en los guiones de la nueva saga del Caballero Oscuro. No diré que me pareciera buena: ¡más bien todo lo contrario!; pero sí que la encontré entretenida -que hoy en día no es poco- y con un buen número de detalles a rescatar por los aficionados al género.       

PD. Tenía otro tema pensado para cerrar el texto de hoy, pero ayer muy temprano por la mañana, mientras sonaba en la radio la repetición de un programa deportivo nocturno retransmitido la noche anterior -una fórmula poco innovadora, pero muy barata-, escuché a los presentadores comentar la última película de Tom Cruise, Barry Seal: El Traficante. En concreto, aseguraban que había sido durante su rodaje cuando el actor había tenido su famoso accidente. Me gustaría explayarme más, pero solo apuntaré lo siguiente: aunque un profesional de la comunicación no sea experto en el séptimo arte, ¿cómo puede pensar que un film puede llegar a las salas solo unas semanas después de su rodaje -en este caso, además, cancelado-?

Publicado en La Voz de Almería (29-9-2017)

sábado, 23 de septiembre de 2017

De Laura Linney a 'Peppa Pig'
















Reconozco que últimamente ando más seriéfilo que de costumbre –supongo que hasta que llegue el Festival de Sitges y las tres o cuatro películas diarias-. A la cuarta temporada de Bojack Horseman -triste, original y maravillosa, como de costumbre- le ha seguido la segunda de One Mississippi -qué gran magnetismo el de Tig Notaro y qué forma de acabar cada capítulo-, y ahora ando recuperando una serie a la que no presté demasiada atención en su momento: The Big C, en la que Laura Linney -entre lo mejor de la reciente y entretenidísima Ozark- da vida a una mujer de 42 años que decide no contarle a su familia que le han diagnosticado cáncer.

¿Por qué me ha dado por ver esta serie estrenada por Showtime en 2010? Entre otras cosas, por lo mucho que había disfrutado del trabajo de la actriz en Ozark, pero sobre todo por estar disponible en el catálogo español de Amazon Prime Video; y es que, tras largos meses de espera, la plataforma de ‘vídeo en demanda’ del gigante electrónico por fin ha llegado a PlayStation3 -suelo afirmar que no invertiré en una nueva consola hasta que lleguen The Last of Us 2 o Elder Scrolls VII…-. La app está a años luz de la de Netflix, pero los buscadores de historias y emociones audiovisuales siempre agradecemos tener más opciones dónde elegir. 

Amazon no ha llegado solo a PS3, sino que lo ha hecho casi al mismo tiempo que otro de los titanes del sector: HBO. De todas formas, en casa ya hemos decidido que la suscripción a esta última plataforma tendrá que esperar al estreno, en octubre, de la novena temporada de nuestra comedia favorita en antena: Curb Your Enthusiasm -emitida en su día por La Sexta bajo el nombre de El Show de Larry David y con un doblaje realmente infernal-; parece mentira que hayan pasado ya siete años desde el final de la octava entrega de las aventuras protagonizadas por el co-creador de la mítica Seinfeld. Hay muchas ganas de ver de nuevo a Larry y Cía.


PD. Es evidente que cada vez tenemos más variedad de series y películas a nuestra disposición; y no solo en el caso de los jóvenes y adultos: los ‘más peques de la casa’ -nunca pensé que fuera a utilizar esta expresión por escrito…- tienen hoy a su alcance una programación infinitamente más extensa que la que existía en décadas pasadas. El otro día unos amigos vinieron a casa con su hija y, aunque se pasó la tarde viendo capítulos de Pocoyó o Peppa Pig, solo en el perfil infantil de Netflix tenía decenas y decenas de contenidos a su alcance. Muchos de los niños y niñas de esta generación nunca sabrán lo que era tener que esperar al fin de semana para poder ver series infantiles o dibujos animados, y en el fondo… eso no tiene nada de malo. 

Publicado en La Voz de Almería (22-9-17) 

domingo, 17 de septiembre de 2017

"It" vuelve a lo grande















Hace unas semanas encontré a muy buen precio la edición física de la miniserie televisiva de 1990 basada en It, la novela de culto de Stephen King, y dado que no había tenido nunca la oportunidad de verla, tardé poco en adquirirla. Llegado el momento de la verdad, lo que empezó como una divertida sesión de cine en familia acabó convirtiéndose en todo un reto: no nos estaba entusiasmando -por ser generosos-, pero si la habíamos empezado, teníamos que terminarla como fuera… La primera parte nos entretuvo y el Pennywise de Tim Curry nos fascinó, pero las lagunas argumentales de la segunda mitad pusieron a prueba nuestra paciencia.        


El domingo pasado le tocó el turno a la nueva versión, dirigida en esta ocasión por Andy Muschietti -cuyo debut en el largometraje, Mamá (2013), ya pasó en su momento por esta columna-. No me andaré por las ramas: lo pasé ‘de miedo con miedo’, como solía decir el gran Juan José Plans. Larga -en el mejor sentido de la palabra-, entretenida, de excelente factura, con un reparto juvenil en estado de gracia y un villano lleno de tics pero igualmente resultón, It define a la perfección lo que debería ser un blockbuster de terror y ofrece al aficionado al género un auténtico carrusel de terror, humor y drama; ¿para cuándo la segunda parte…?

El día anterior al visionado de IT me armé de coraje y, de un tirón -que ambas rondaran los noventa minutos de metraje fue un aliciente-, taché de mi lista de ‘películas de terror pendientes’ dos films recientes que no han pasado, preciosamente, a la historia del género: The Possession / El origen del mal (2012) y La horca (2015), enésimo film sobre posesiones demoníacas -aunque esta vez tomando como partida el imaginario judío- y un found footage adolescente de presupuesto y escenarios mínimos, respectivamente: en comparación con ellas, el film dirigido por Muschietti gana todavía más puntos. Eso sí, confieso que La horca no me pareció la peor cinta del subgénero, como había leído hasta la saciedad.

PD. Escribir esta columna no ha sido tarea fácil… Mientras escribo estas líneas voy dándole vueltas a la recién anunciada programación del próximo Festival de Sitges -que, como bien me comunicó mi amigo Evaristo Martínez, este año incluye una película rodada en Almería, el thriller desértico Dhogs (2017)-; este fin de semana será el momento de encajar horarios, descartar sesiones -no es raro que las cintas que uno tiene más ganas de ver se proyecten a la vez o con escaso margen de tiempo- y ultimar el croquis que permitirá al fan del fantástico sobrevivir al Festival viendo el mayor número de films sin desfallecer de hambre o sueño.     


Publicado en La Voz de Almería (15-9-17)

domingo, 10 de septiembre de 2017

La vuelta al cine (y la TV)















Baby Driver. Antes del verano aseguré que al volver en septiembre, el primer tema a tratar sería la última película de mi querido Edgar Wright, y aunque la decepción fue mayúscula, toca cumplir la promesa... Acostumbrado a revisar de vez en cuando los trabajos del cineasta británico -ya que se prestan y, en última instancia, están pensados y elaborados para ello-, puedo asegurar que me costaría horrores revisar en un futuro próximo o lejano el film protagonizado por Ansel Engort: no tanto por su apartado técnico o su banda sonora -sublimes y ya marcas de la casa-, sino por una historia mil veces vista y unos personajes para olvidar: dos cosas que no se pueden decir de la -tantas veces nombrada en esta columna- Trilogía del Cornetto.

Doctora Who. Recuerdo perfectamente que, el mismo día en que fuimos al cine a ver Baby Driver, el momento más emocionante de la jornada fue averiguar, a través de un vídeo que vimos en la pantalla del móvil y en plena calle -cómo han cambiado los tiempos-, que Jodie Whittaker había sido la elegida para encarnar al personaje protagonista de la longeva serie de la BBC. Un cierto sector de los whovians -escaso, pero muy ruidoso- puso el grito en el cielo al conocerse que sería una mujer quien sustituyera a Peter Capaldi; por lo que a mí respecta, me pareció maravilloso y no puedo esperar a saber qué nos depara la nueva temporada de Doctor Who: eso sí, habrá que aguantar todavía un año para ver qué ha preparado Chris Chibnall...    

Anime y sitcoms británicas. Este verano, durante el viaje en transporte público al trabajo, he aprovechado para ponerme al día con la filmografía de Phoebe Waller-Bridge -en su momento rumoreada para Doctor Who-: aunque no soy fan del humor sexual y/o escatológico, mentiría si dijera que no disfruté con Crashing -lástima que no vayamos a tener segunda temporada-, pero es al terminar Fleabag cuando uno se da cuenta de por qué esta actriz, guionista y directora británica es una de las figuras a tener en cuenta en el futuro de la ficción televisiva. Los veinte minutos de viaje también fueron ocupados por series de animación japonesa: Little Witch Academia, Himouto! UmaruChan, Kabaneri of the Iron Fortress, Durarara, Mushishi o Psycho-Pass… Cada una especial a su manera, y todas ellas pruebas de la buena salud y variedad del anime actual.  

Globos y payasos. Este domingo toca pasar por taquilla para comprobar si la nueva adaptación audiovisual de la novela It, de Stephen King, es tan buena como parece -como buen aficionado al cine de terror, así lo espero-. El viernes que viene… ¡reseña! PD. Bienvenidas y bienvenidos todos de nuevo a La última escena

Publicado en La Voz de Almería (8-9-17)

domingo, 2 de julio de 2017

Final de temporada



















Parece mentira, pero ya estamos a finales de junio y toca de nuevo cerrar la temporada y despedirse hasta dentro de unos meses. Desde el 13 de octubre hasta el día de hoy han pasado por esta columna los flojos blockbusters del verano pasado, el último Festival de Sitges, la Fiesta del Cine, las últimas cintas Marvel, series de todas las nacionalidades, Donald Trump, el universo Star Wars, Tom Cruise, el Óscar a Jackie Chan, HBO España y Amazon Prime Video, Bill Paxton, The Leftovers y, por supuesto, el bienvenido aluvión de noticias sobre futuros rodajes en la provincia de Almería, con el Domino de Brian De Palma como última incorporación a nuestra soleada Tierra del Cine.

Pero antes de decir adiós, toca hablar de Wonder Woman. Aplaudida como la propuesta más equilibrada y entretenida del nuevo universo cinematográfico de Warner/DC, el film de Patty Jenkins tampoco me ha parecido nada del otro mundo, pero viniendo de Batman v Superman o -sobre todo- Escuadrón Suicida, las aventuras de Diana y Cía son hasta disfrutables. Claro que una semana después ya he olvidado la película y disfruté mucho más las escenas cómicas o dramáticas que las de acción -otra vez muñecos saltarines CGI-, pero es ya un hecho que la mayoría de blockbusters contemporáneos no están hechos precisamente para descubrir mil y un matices en nuevos visionados.

Esta última frase está algo metida con calzador… pero la ocasión lo merece. Este fin de semana, e indirectamente gracias a la huelga de dobladores, llega a los cines españoles Baby Driver, y si he hablado tanto de ella en los últimos meses -y de hecho, pienso comentarla nada más volvamos de vacaciones- es porque todas las películas de su director y guionista, Edgar Wright, además de resultar endiabladamente entretenidas, gozan de unos libretos y unas técnicas cinematográficas estudiadas al milímetro y que las hacen disfrutables por más veces que se hayan visto. Al menos en casa ya nos hemos comprometido a revisar su maravillosa ‘Trilogía del Cornetto’ cada uno o dos años.  

Queda solo un párrafo, ¡y tantas cosas por decir! Que disfruten -o disfrutad, a gusto de los lectores y lectoras- de estos meses de verano; espero que consigan sacar tiempo para ver todas esas películas y hacer todos esos maratones de series pendientes -sí, sé que en la mayoría de casos será una tarea casi imposible-; cuidado con el aire acondicionado de los cines, y también con la parrilla televisiva -casi mejor tirar de DVD, BluRay o VOD-; y, sobre todo, que descansen -quienes puedan- y vuelvan con las pilas cargadas para la próxima temporada. Aquí en La última escena les estaremos esperando… 

Publicado en La Voz de Almería (30-6-2017) 


sábado, 24 de junio de 2017

Ronda veraniega
















A este ritmo se va a convertir casi en una tradición que, cada vez que se ponga en marcha un nuevo spin-off de la saga galáctica por antonomasia -vamos a tener para rato-, el director contratado no llegue al final del rodaje. Si en Rogue One: Una historia de Star Wars fue Tony Gilroy, y no el acreditado Gareth Edwards, quien se encargó de pulir el largometraje, ahora le ha tocado a Ron Howard terminar de rodar la película sobre el joven Han Solo, tras el abandono/despido de Phil Lord y Christopher Miller -Infiltrados en clase y su secuela, La LEGO película, etc.-. Ya dejé por escrito en su día mi opinión -algo a contracorriente- sobre Rogue One y, en cuanto a este nuevo film, me temo que no contará con mi entrada: mis íntimos ya saben lo mío con Harrison Ford…

De un blockbuster del año que viene a uno de este verano, y de los más vapuleados por crítica y público desde… el principio de los tiempos. Mis expectativas respecto a The Mummy -el pistoletazo de salida para un nuevo universo cinematográfico protagonizado por los monstruos clásicos de Universal- eran tan bajas, que me sorprendí al pasármelo tan bien. La última película de Tom Cruise es de las que se olvidan totalmente al salir del cine, tiene al peor Russell Crowe de los últimos tiempos -¡esas risitas ‘malvadas’!-, y es descerebrada y algo tonta, pero… ¿quién dijo que estos dos últimos adjetivos fueran algo malo? Ahora bien, no creo que vea las siguientes películas del bautizado como Dark Universe a menos que vuelvan a poner a Cruise dentro de un avión en caída libre. 

Pasamos del cine a la televisión, literalmente: Damon Lindelof, co-productor ejecutivo y co-guionista principal de la última etapa de Perdidos, y de las tres temporadas de esa maravilla llamada The Leftovers, negocia hacerse cargo de la inminente adaptación televisiva de la novela gráfica de culto por excelencia: Watchmen. Aunque somos muchos los que preferiríamos a Lindelof desenvolviéndose en historias no tan ligadas a un material previo, su último trabajo para la HBO -que también emitiría esta nueva serie- estaba basado en un best-seller y ello no fue un obstáculo para que se convirtiera en mi producción televisiva de cabecera durante los últimos años. ¡Crucemos los dedos! Lo que está claro es que aquí iremos comentando cualquier novedad sobre el proyecto.

De la HBO a la BBC. Hace unos meses tenía claro que a estas alturas estaría hablando en esta columna sobre el sustituto -lo de ‘sustituta’ parece ser todavía una utopía- del gran Peter Capaldi al frente de Doctor Who, pero la noticia se está haciendo esperar, y eso que está a punto de terminar la décima temporada. Seguiremos informando…

Publicado en La Voz de Almería (23-6-2017) 

sábado, 17 de junio de 2017

Un verano De Palma















El asesinato a pantalla partida de Hermanas, los números musicales de El fantasma del paraíso, el encuentro final a cámara lenta de Fascinación, el periplo de la protagonista hasta el escenario en Carrie -de nuevo la pantalla partida-, Michael Douglas corriendo también a cámara lenta en La furia, la secuencia del museo de Vestida para matar, el abrazo y el grito que cierran Impacto, el taladro fuera de plano de El precio del poder, el juego del gato y el ratón en el centro comercial de Doble cuerpo, la escalera de Los intocables de Elliot Ness, Michael J. Fox esquivando una granada en Corazones de hierro, el susto final de En el nombre de Caín -rememorado hace poco en Passion-…

Los últimos diez minutos de Atrapado por su pasado -siempre que el personaje de Al Pacino entra en el metro me olvido inconscientemente del desenlace-, Ethan Hunt/Tom Cruise explicando a sus compañeros el enrevesado plan para robar el disquete en Mission: Impossible -dichoso verano de 1996, lo repetiré una y mil veces-, los planos aéreos sobre las habitaciones de hotel en Ojos de serpiente, la recopilación de imágenes que despide a Gary Sinise en Misión a Marte -acompañado por uno de mis pasajes favoritos compuestos por Ennio Morricone-, el robo en pleno Festival de Cannes con que se abre Femme Fatale, la prolongada secuencia de pantalla partida en Passion

Podría dar decenas más de ejemplos, pero estos son solo algunos de los momentos -seguro que han reconocido algunos, muchos o todos ellos, dependiendo de su grado de afición al séptimo arte- por los que disfruto tanto con el cine de Brian de Palma, quien finalmente llegará a Almería en los próximos meses para rodar Domino. Tras descartarse la provincia de Málaga por -según hemos podido leer en prensa- la no disponibilidad de su plaza de toros, escenario en el que parece ser que tendrá lugar uno de los momentos cumbre del futuro largometraje, los paisajes almerienses acogerán a De Palma, Christina Hendricks, Nikolaj Coster-Waldau -ya familiarizado con esta tierra- y Kevin Bacon.

PD. Llegan las temidas olas de calor -Almería se ha librado de la primera del verano-, las altas temperaturas, los temidos aires acondicionados -mucho cuidado en los cines-, la dificultad para dormir por las noches y, por supuesto, las maratonianas sesiones nocturnas de cine o series para sobrellevar lo mejor posible estos meses de verano. En casa ya tenemos preparada la décima temporada de Supernatural, con la esperanza de ponernos un poco más al día, cosa bastante complicada teniendo en cuenta la velocidad con la que la cadena CW renueva temporada tras otra a los hermanos Winchester. 

Publicado en La Voz de Almería (16-6-2017)