sábado, 29 de abril de 2017

Haciendo tiempo

















18 de diciembre de 2020. Esa es la fecha elegida por James Cameron y 20th Century Fox para estrenar la secuela de la película más taquillera de la historia del cine: Avatar (2009), que por entonces habrá cumplido más de una década. Y después vendrán Avatar 3, 4 y 5 en Navidades de 2021, 2024 y 2025, respectivamente. No sé ustedes, pero yo tuve suficiente con ver la primera una vez en el cine -ni siquiera la revisé cuando me regalaron la edición coleccionista en formato físico- y dudo mucho que algo me lleve a tener interés en el resto de la saga que tan ocupado ha tenido y tendrá al responsable de Terminator o Aliens: el regreso. Ya lo comentaremos dentro de tres años y medio…

Pero no han sido los únicos ‘estrenos anticipados’ anunciados en los últimos días. Un poco antes de Avatar 2, en verano de 2020, podremos ver a Harrison Ford retomar por quinta vez su papel de Indiana Jones: el film, que será dirigido de nuevo por Steven Spielberg y tendrá la imprescindible banda sonora de John Williams, iba a ser estrenado en 2019 y ya me parecía algo muy, muy lejano; pero el cambio de planes por parte de Disney parece casi querer alimentar aún más los innumerables chistes que se llevan haciendo desde hace tiempo sobre la edad de Ford… Quienes me conocen saben que ha sido siempre mi actor favorito, así que allí estaré en primera fila, dentro de… tres años.

También ha habido que esperar, aunque no tanto, para el estreno de la tercera temporada de The Leftovers, la serie de HBO de la que tantas veces me he declarado incondicional. El primer capítulo, titulado The Book of Kevin, demuestra a un equipo creativo, no solo en pleno estado de facultades, sino también libre del corsé que supone querer atraer a un mayor abanico de público: a estas alturas, y ya en su última tanda de capítulos, la serie creada por Damon Lindelof y Tom Perrotta puede permitirse orientar su discurso a los auténticos fans del universo que rodea a la familia Garvey. Más Perdidos que nunca -no hay más que ver su última escena-, The Leftovers promete emociones fuertes en su recta final e iremos dando buena cuenta de ello en esta columna, capítulo a capítulo.

PD. Casi me olvidaba: terminadas las trece cintas de casete de Por trece razones y con sensaciones contrapuestas ante su más que probable segunda temporada… Se han dejado tantos cabos sueltos que sería casi antinatural no volver a las vida de Clay Jensen y Cía -además, la propia The Leftovers, también basada en un libro, demostró que se puede hacer una segunda temporada maravillosa sin el respaldo literario de la primera-; pero corremos el peligro de que la futura trama no tenga la fuerza que ha tenido la historia de Hanna Baker.

Publicado en La Voz de Almería (28-4-2017) 

domingo, 23 de abril de 2017

Ronda informativa



Your name. Esta Semana Santa pude ver en cines el exitoso largometraje animado dirigido y escrito -a partir de su propia novela- por Makoto Shinkai, y salí de la sesión ligeramente decepcionado; siempre se ha dicho que si disfrutas del final de una película tiendes a perdonar los fallos anteriores, pero a mí me sucedió todo lo contrario: me lo pasé en grande con su primera hora -personajes, ritmo, música, humor, giros de guión- y no he dudado en llamarla ‘obra maestra’ en más de una conversación, pero el último tramo de la cinta me resultó lo más parecido a una interminable sucesión de openings y endings -los créditos iniciales y finales de los animes- no demasiado inspirados. 

Star Wars: Episodio VIII – Los últimos Jedi. Justo hace una semana se dio a conocer el teaser de la nueva entrega galáctica y, aunque el impacto mediático no ha sido el mismo que produjeron las primeras imágenes en movimiento de El Despertar de la Fuerza -algo bastante comprensible-, no han tardado en surgir nuevas teorías sobre la futura trama e incluso estudios comparativos entre ambos trailers, los cuales comparten un misma filosofía en lo que se refiere al montaje: ritmo pausado, muchos fundidos a negro y planos sin demasiada información explícita. Estas Navidades comprobaremos cómo le sienta a la saga cierta baja en el reparto y un nuevo director/guionista -Rian Johnson.

Doctor Who. La serie británica volvió a la BBC este pasado domingo, estrenando su décima temporada -siempre refiriéndonos a su nueva andadura televisiva, iniciada en 2005- con un capítulo de lo más moderno -un personaje principal homosexual, música de tintes jazzísticos, ambiente universitario- y con un Peter Capaldi más cómodo que nunca en su papel de Doctor. Hay muchas ganas de ver el segundo episodio, titulado Smile y rodado parcialmente rodado en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia: una nueva localización española para la etapa más reciente de Doctor Who, después del Parque Nacional del Teide o los almerienses Fort Bravo y Mini Hollywood.   

Por trece razones. Suena a disco rayado, pero Netflix lo ha vuelto a conseguir: la serie basada en el best-seller de Jay Asher se ha convertido en una de las producciones televisivas de moda y, para colmo, la recepción crítica no ha sido para nada negativa; personalmente, le encuentro ciertos defectos -cierta sensación de estiramiento o el hecho de que muchos personajes parezcan más recién licenciados que estudiantes de instituto-, pero mentiría si dijera que no estoy disfrutando con ella y pulsando ‘reproducir siguiente’ como si no hubiera un mañana; el viernes que viene comentaremos su desenlace…

Publicado en La Voz de Almería (21-4-2017)

domingo, 9 de abril de 2017

Western, anime y series
















Ya lo hemos comentado en esta misma columna en más de una ocasión -y ojalá nunca dejemos de hacerlo-: por más desengañado y cínico que uno se haya vuelto con el paso del tiempo -con la industria del cine y con el mundo en general-, es casi imposible no ilusionarse o esbozar una sonrisa al leer o escuchar noticias sobre futuros rodajes en nuestra provincia, y más si son del nivel del que se ha anunciado hace unos días. Nada menos que Jake Gyllenhaal, Joaquin Phoenix y John C. Reilly visitarán nuestra provincia en los próximos meses, y más concretamente Tabernas, para rodar un western dirigido por el prestigioso Jacques Audiard -responsable de Un profeta u Óxido y hueso.

Cambiando de tema: hoy se estrena en los cines españoles la película de animación japonesa Your Name, después de barrer todos los récords en la taquilla nipona y de recibir innumerables reconocimientos críticos -entre ellos, ser elegida para competir por las nominaciones a Mejor Película Extranjera en la última carrera hacia los Óscar-. Aún tengo pendientes los afamados mediometrajes de su director, 5 centímetros por segundo y El jardín de las palabras -sus DVD me observan mientras escribo estas líneas-, pero tengo muchísimas ganas por descubrir al -enésimo- ‘sucesor’ de mi adorado Hayao Miyazaki.

El próximo viernes no habrá columna -que pasen todos ustedes una estupenda Semana Santa, a poder ser llena de cine y series-, pero tampoco puedo dejar de señalar que el 14 y 15 de abril vuelven a la pequeña pantalla, respectivamente, Doctor Who y The Leftovers, dos de las pocas series actuales de las que puedo considerarme un ferviente seguidor: la ficción británica estrena su décima temporada, la cual supondrá la despedida del director/guionista Steven Moffat y también la del actor Peter Capaldi -ya debe quedar poco para que empiecen las quinielas sobre quién tomará su relevo-; por su parte, el drama fantástico de la HBO dará a conocer el primero de sus últimos ocho episodios.

Para terminar, el ya casi obligatorio reporte sobre mi visionado de House of Cards: para no perder la tradición, esta semana he devorado otra temporada y este fin de semana finalizaré la cuarta tanda de capítulos -sin haberme tragado ningún spoiler en todos estos años, cosa que agradezo-. Los creadores y guionistas se las ingenian para que los personajes cada vez resulten más detestables, para que los que parecían estar a punto de redimirse terminen dando media vuelta, y para que todos aquellos que tienen un mínimo de piedad y dignidad acaben aplastados o bajo tierra; pero ese es el alma de la serie y, además, parece que a los protagonistas se les están acabando las cartas ganadoras… 

Publicado en La Voz de Almería (7-4-2017)

domingo, 2 de abril de 2017

Nunca digas nunca jamás

















El viernes pasado, en esta misma columna, hablábamos -muy bien- de Logan, la última incursión de Hugh Jackman en el personaje de Lobezno, y solo un día después se daba a conocer el nuevo avance promocional de La Liga de la Justicia: el cine de superhéroes está más de moda que nunca en las taquillas de todo el mundo y la cantidad de cintas protagonizada por personajes de DC o Marvel que se estrenan en 2017 es una buena muestra de ello. A finales de año, sin ir más lejos, podrá verse en los cines la mencionada Liga, es decir, la primera reunión cinematográfica de Batman, Wonder Woman, Aquaman, Flash, Cyborg y… sí, suponemos también que el Hombre de Acero.

Creo que ya lo he comentado antes aquí: mientras salíamos del cine tras el visionado de Escuadrón Suicida le dije a mis acompañantes: “nunca más”, o lo que es lo mismo, “nunca volveré a pasar por taquilla para ver una película de este nuevo universo DC”. Lo peor es que el nuevo tráiler de La Liga de la Justicia no ha hecho más que afianzar mis intenciones: todo son pantallas verdes, todo sucede de noche, todo son cámaras lentas y el montaje/sucesión de los acontecimientos tiene pinta de querer superar el caos narrativo de Batman v Superman. Para los más recelosos y recelosas, recordaré que Civil War y Doctor Extraño me hicieron sentir un hartazgo similar respecto al universo cinematográfico de Marvel Studios -digo similar, porque lo de DC es difícil de igualar.

Pero las decepciones y desilusiones no son algo exclusivo de las superproducciones: hace unos años una cinta de pequeño presupuesto titulada The Knights of Badassdom -y retitulada en España como… Los juegos del desmadre- consiguió convertirse casi en cinta de culto sin ni siquiera estrenarse: un reparto que incluía nombres como los de Summer Glau -Firefly-, Danny Pudi -Community- o Peter Dinklage -Juego de Tronos-; una historia que mezclaba los juegos de rol en vivo con la música metal; una calificación R que prometía emociones fuertes… El film comenzó a rodarse en 2010, llegó a unas pocas pantallas estadounidenses en 2014 y en España salió directamente en DVD a principios del año pasado; hace unas semanas la compré de segunda mano por 1 euro y creo que me salió demasiado cara: un absoluto despropósito a todos los niveles.

PD. Como cinéfago que soy, me cuesta decir esto, pero… menos mal que nos quedan las series. Si el viernes pasado informé de mi maratón de los primeros trece capítulos de House of Cards, hoy puedo decir que he acabado también la segunda temporada y ahora ando con la tercera tanda; larga vida a la nueva edad de oro de la ficción televisiva.

Publicado en La Voz de Almería (31-3-2017)